Un creciente número de ciudadanos estadounidenses han sido arrestados por tráfico de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos, según un análisis de las estadísticas de incautaciones de la Patrulla Fronteriza.
El Centro para el Periodismo de Investigación (CIR por sus siglas en inglés) encontró que el número de ciudadanos estadounidenses capturados con drogas cerca de la frontera, se triplicó entre 2005 y 2011.
La organización encontró que tres de cada cuatro personas capturadas en redadas antidroga por la Patrulla Fronteriza, eran ciudadanos estadounidenses, y que los ciudadanos estadounidenses se encontraban entre los arrestados en cuatro de cada cinco redadas. Esto también se aplica a los casos en los que grandes cantidades de drogas fueron incautadas, con los ciudadanos estadounidenses involucrados en el 60 por ciento de éstos. Esto fue aún mayor cuando se trató de envíos de marihuana de más de aproximadamente 454 kilos (1.000 libras), llegando a más de dos tercios.
El informe de CIR utilizó los registros de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza que detallan más de 80.000 incautaciones de droga a lo largo de la frontera sudoeste. Sin embargo, sólo la mitad de estos casos involucran incidentes en los cuales fue detenido un sospechoso.
A pesar de que los ciudadanos estadounidenses están involucrados en la mayoría de las redadas antidroga a lo largo de la frontera sudoeste, los comunicados de prensa de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza no reflejan esta realidad, según encontró el CIR. Los ciudadanos estadounidenses fueron mencionados en sólo el 30 por ciento de los boletines de noticias sobre incautaciones de drogas, publicados entre 2005 y 2011. Por el contrario, los ciudadanos mexicanos fueron mencionados en el 38 por ciento de los comunicados de prensa.
Análisis de InSight
El CIR señala varias posibles explicaciones del creciente número de ciudadanos estadounidenses que participan en el movimiento de las drogas, incluyendo la recesión económica de Estados Unidos, y la teoría de que las organizaciones de tráfico de drogas mexicanas creen que los ciudadanos estadounidenses tienen menos probabilidades de llamar la atención de la policía.
Tanto para ciudadanos estadounidenses como mexicanos, que aceptan trabajar como mulas de droga, su ignorancia puede ser su cualidad más atractiva. Estos traficantes de bajo nivel rara vez saben algo acerca de las grandes organizaciones criminales que mueven los cargamentos de droga hacia el norte. Por lo tanto, si son capturados, los traficantes pueden ofrecer pocos detalles sobre los líderes o el funcionamiento interno de los grupos criminales asentados en México.
Las mulas de droga inexpertas pueden ser más propensas a declararse culpables de cargos federales de drogas en Estados Unidos con el fin de evitar el riesgo de recibir una pena de prisión más larga, en lugar de colaborar con los investigadores y la divulgación de las identidades de las personas que los contrataron para traficar las drogas.
Una tendencia destacada por el informe de CIR, es la creciente importancia de la marihuana como una fuente de ingresos significativa para los traficantes mexicanos. La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos hizo su mayor incautación de marihuana en la historia en enero, confiscando 7 toneladas, superando el récord anterior de 5.4 toneladas de droga incautada en junio de 2010. En una cifra que es ilustrativa de cómo la marihuana se está moviendo a través de la frontera, el CIR señala que cerca del 80 por ciento de todas las incautaciones de marihuana en Estados Unidos ocurren dentro de una sección de Arizona y el sur de Texas. México reportó la incautación de unas 1.799 toneladas de marihuana en 2011, frente a sólo 11.3 toneladas de cocaína. Estas cifras resaltan el grado en que la marihuana se ha convertido en el producto alternativo de los carteles mexicanos.
Si las organizaciones criminales de hecho han aumentado el reclutamiento de ciudadanos estadounidenses para mover las drogas hacia el norte, sería una innovación en el comercio del contrabando, que a menudo depende de la coerción de los inmigrantes con destino a Estados Unidos – y profesionales de clase media – para mover el producto. Técnicas peculiares de contrabando también han sido empleadas. Desde disparar drogas en catapultas a simplemente pasar paquetes rellenos de marihuana a través de la valla de la frontera sudoeste.