En un testimonio presentado ante el Subcomité del Hemisferio Occidental del Senado de Relaciones Exteriores, Steven Dudley, codirector de InSight Crime, se refirió a varios mitos en torno a los grupos narcotraficantes de México, así como a su compleja realidad y a su rol en la epidemia de heroína en Estados Unidos.
La creciente participación de México en el mercado
El consumo de heroína en Estados Unidos ha aumentado significativamente en los últimos años. Ello se debe a razones complejas, relacionadas con el aumento de los medicamentos recetados en Estados Unidos, el aumento en los precios de estos medicamentos recetados y de sus contrapartes en el mercado negro, y las subsecuentes garantías sobre este mercado de los medicamentos recetados, específicamente OxyContin.
La participación estadounidense en el mercado mundial de heroína es pequeña en términos de consumidores, pero es enorme en cuanto a las ganancias potenciales. En 2014, Rand Corporation estimó que los consumidores estadounidenses gastan unos US$27 mil millones en heroína cada año, un aumento con respecto a los US$20 mil millones por año en el año 2000.1 Sólo el mercado de la marihuana es mayor en Estados Unidos.2
Las organizaciones criminales mexicanas, guatemaltecas y colombianas han respondido a estos cambios con la producción de más heroína. Sólo un pequeño porcentaje de la amapola de opio del mundo se cultiva en este hemisferio, pero una vez es transformada en heroína, casi toda se vende en Estados Unidos, donde el número de consumidores de esta droga ha llegado a ser más del doble desde comienzos del nuevo siglo.
México representa el grueso de la producción de amapola en la región. Según las estimaciones de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés), la producción de amapola, materia prima para la producción de heroína, pasó de 10.500 hectáreas en 2012 a 17.000 hectáreas en 2014, lo que les da a los grupos la posibilidad de producir 42 toneladas métricas, de 26 toneladas métricas que había en 2012.3 En comparación, la DEA dice que Colombia produce sólo dos toneladas métricas por año.4
Los datos sobre las incautaciones de heroína en la frontera suroeste del país también indican que los grupos criminales mexicanos están introduciendo mayores cantidades de heroína en el mercado estadounidense. Las organizaciones criminales mexicanas son además las principales transportadoras de la heroína colombiana hacia Estados Unidos, y ellas administran y compran la heroína producida en Guatemala o adquieren la goma de opio al por mayor para convertirla en heroína en México.
Al interior de Estados Unidos, la tendencia parece ser la misma. La DEA dice que los grupos mexicanos están buscando obtener una ganancia cada vez mayor en el negocio de la distribución, desplazando a otros mayoristas. En resumen, al parecer existe un mercado cada vez más lucrativo y organizado verticalmente, en el que las grandes organizaciones criminales mexicanas administran el producto desde el punto de producción hasta el punto de venta y buscan una mayor porción de las ganancias en este mercado.
La realidad de la cadena de suministro de la heroína
La realidad de la cadena de suministro es mucho más compleja. Aunque podemos utilizar apodos para referirnos a estas organizaciones, la verdad es que ellas no son tan fuertes ni monolíticas como solían serlo. Nombres como el Cartel de Tijuana, el Cartel de Juárez, Los Zetas o La Familia Michoacana todavía pueden provocar miedo e incluso cierto terror, pero éstas no son organizaciones sino más bien marcas. En muchos casos, las facciones de estas organizaciones tienen tanto contacto con sus jefes como el que el gerente de una embotelladora local de Coca-Cola podría tener con la sede central de la corporación.
Incluso el famoso Cartel de Sinaloa está integrado de una manera más horizontal que vertical. Veamos el caso reciente de los hermanos Flores en Chicago. Antes de ser arrestados, se decía que Pedro y Margarito Flores eran distribuidores del Cartel de Sinaloa en Chicago, una de las zonas de mayor interés para este Subcomité. Y en efecto lo eran. Pero como lo muestran las interceptaciones federales de sus conversaciones con los líderes del cartel, los dos hermanos negociaron independientemente con cada uno de los dos principales miembros de la organización criminal de Sinaloa, obteniendo precios diferentes con cada uno de los líderes y administrando los cargamentos por separado.5 Incluso después de que comenzó una guerra entre el Cartel de Sinaloa y la Organización Beltrán Leyva, los hermanos Flores continuaron comprándoles drogas a secciones diferentes de la Organización Beltrán Leyva y el Cartel de Sinaloa.
El caso de los Flores derriba dos mitos sobre el Cartel de Sinaloa: 1) que es una única organización; 2) que es bien controlada por un solo líder o un grupo de líderes. El asunto es que, a medida que los cargamentos llegan a puntos de distribución cada vez más alejados de México, las lealtades se dispersan aún más y en algunos casos desaparecen por completo. Especialmente en el mercado de Estados Unidos, donde la violencia no es una opción viable a largo plazo para asegurar las lealtades, obtener una parte del mercado o convertirse en un monopolio.
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La efectividad de los organismos policiales estadounidenses ha convertido la violencia en un factor terrible para el negocio y ha hecho de la cadena de distribución un asunto más democrático y capitalista. Esto también es evidente en otros sentidos. Si bien la cantidad de incautaciones indica que hay más heroína en Estados Unidos, ésta aún se transporta en cantidades muy pequeñas. Por ejemplo, según la División Local de la DEA en Los Ángeles, la incautación promedio en 2014 fue de un kilogramo.6 En Denver, un cargamento de 10 o 12 libras se considera grande.7
La cantidad de ganancias obtenidas por estas organizaciones criminales mexicanas también plantea la cuestión acerca de qué tanto control ejercen ellas en Estados Unidos. En 2010, Rand Corporation estimó que los grupos criminales mexicanos ganan unos US$400 millones al año por sus exportaciones de heroína y posiblemente otros US$700 millones por el transporte de heroína colombiana al mercado estadounidense.8 Si bien estas cifras sin duda han aumentado, todavía existe la pregunta acerca de a quién le queda el resto de los más de US$20 mil millones que se gastan anualmente en heroína en Estados Unidos.
El caso de los hermanos Laredo, acusados recientemente en el Distrito Este de Pensilvania, ilustra estas tendencias. Los hermanos Laredo están acusados de transportar una tonelada de heroína durante un período de seis años. Ello significa unos 14 kilos por mes. La organización era tan sutil y, como dijo un analista mexicano, tan "familiar", que las autoridades mexicanas ni siquiera sabían que existía.9
Esto nos lleva a analizar la situación en México. En primer lugar, es importante tener en cuenta que, a diferencia del mercado de la cocaína, México no depende de otros países para obtener su producto. Este se cultiva en el país. En segundo lugar, el carácter horizontal de la cadena de distribución hace que sea un problema difícil para los organismos policiales en ese país también. Como se señaló anteriormente, las organizaciones criminales que antes eran monolíticas son solo el rastro de lo que alguna vez fueron. Esto se debe en parte a las luchas internas, como se mencionó anteriormente, pero además a los esfuerzos de control policial mexicanos. Muchas de las facciones han conformado sus propias organizaciones criminales con sus propios nombres.
La más conocida es sin duda Guerreros Unidos, el grupo criminal responsable de la desaparición de los 43 estudiantes en México en 2014. Los Guerreros Unidos solían estar amparados bajo el paraguas de la Organización Beltrán Leyva. Cuando la Organización Beltrán Leyva se desintegró durante su guerra con el Cartel de Sinaloa, los Guerreros Unidos se independizaron, al igual que otros grupos criminales en el turbulento estado de Guerrero, que es uno de los centros del cultivo de opio y de la producción, distribución y transporte de heroína. En efecto, el misterio de lo que sucedió con los estudiantes puede estar relacionado con el hecho de que Guerreros Unidos estaban usando autobuses comerciales para transportar heroína a Chicago.10
El resultado es que la cadena de producción en México se fragmenta en numerosas partes, entre las que se encuentran los pequeños y grandes productores de plantas de amapola de opio, los productores de goma de opio, los procesadores, los compradores al por mayor y los transportadores. La producción, el transporte y la distribución pueden corresponder a diferentes organizaciones. Los hermanos Laredo, por ejemplo, le compraban la goma de opio a un vendedor independiente, para luego procesarla ellos mismos y distribuirla en pequeñas cantidades en Estados Unidos durante años, sin tener problemas con el supuesto todopoderoso Cartel de Sinaloa.
Sin duda, la violencia sigue siendo una posibilidad en México, por lo que pueden volver a existir organizaciones criminales monolíticas. Pero, por el momento, la realidad es que hay literalmente decenas de pequeñas organizaciones criminales involucradas en este comercio desde el punto de producción hasta el punto de venta.
Impacto sobre los esfuerzos de control policial
En resumen, si bien el nivel de control que ejercen los grupos mexicanos sobre la producción y el transporte en la cadena de suministro está claro, no se trata de uno o dos grupos criminales, sino de decenas de organizaciones interconectadas cuyas alianzas cambian constantemente. La cadena de suministro de heroína parece ser una operación en gran medida horizontal y diversificada, en la que participan múltiples actores, y que obedece a las fuerzas del mercado en lugar de responder a uno o dos únicos distribuidores integrados verticalmente.
El resultado es que los esfuerzos de control policial se ven en gran parte opacados. Sea que se debilite al Cartel de Sinaloa o a los hermanos Laredo, se está obstaculizando sólo una pequeña parte de toda la cadena de producción y distribución. Incluso si se reduce la heroína proveniente de México, estaríamos enfrentando una tarea infranqueable: detener el flujo proveniente de otros países, que sin duda llenaría el vacío y conformar la mayor parte de la producción mundial. Canadá ya recibe hasta un 90 por ciento de la heroína de Afganistán.11 Y Estados Unidos solía recibir su heroína de los mercados asiáticos que abastecen al resto del mundo.
Gracias por su tiempo y atención. Quedo atento a sus preguntas.
Vea la audiencia completa en el Senado aquí.
Notas al pie
1 Beau Kilmer, et al., “How Big is the US Market for Illegal Drugs,” Rand Corporation (2014). Disponible en: https://www.rand.org/pubs/research_briefs/RB9770.html
2 Ibid.
3 Drug Enforcement Administration (DEA), “National Drug Threat Assessment 2015,” p. 34. Disponible en: https://www.dea.gov/docs/2015%20NDTA%20Report.pdf
4 The United Nations’ most recent estimate for global heroin production is 526 tons. Ver: UNODC, “World Drug Report 2015,” p. 41. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/wdr2015/World_Drug_Report_2015.pdf
5 Michelle García, “Court Docs Raise Questions about Mexico Sinaloa Cartel Narrative,” 12 de noviembre de 2013. Disponible en: /news/analysis/zambada-trial
6 DEA, op. cit., p. 37.
7 Ibid.
8 Kilmer, et. al., “Reducing Drug Trafficking Revenues and Violence in Mexico: Would Legalizing Marijuana in California Help?,” Rand Corporation (2010), p. 30. Disponible en: https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/occasional_papers/2010/RAND_OP325.pdf
9 Alejandro Hope, “The Laredo DTO and what it says about the heroin trade,” 19 de abril de 2016. Disponible en: https://www.eldailypost.com/opinion/2016/04/the-laredo-dto-and-what-it-says-about-the-heroin-trade/
10 Elyssa Pachico, “Four Questions about the '5th Bus' in Case of Mexico's Missing 43,” 27 de abril de 2016. Disponible en: /news/analysis/four-questions-about-the-fifth-bus-in-case-of-missing-43-students
11 UNODC, op. cit., p. 46.