La historia oficial sobre la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán ha generado cierto escepticismo, después de que éste escapara de la más sofisticada cárcel de máxima seguridad del país —la imagen de un país en estado de shock, un gobierno que ha perdido toda credibilidad y una población dispuesta a creer sólo lo que tiene ante sus ojos—.
Los medios y los expertos están llenando los vacíos en la historia que cuenta el gobierno sobre la increíble fuga de El Chapo.
Con base en “informes confidenciales”, la revista Proceso, una importante publicación de carácter investigativo, que suele revelar conspiraciones, informó que el procurador general de México, Arely Gómez, le dijo al presidente Enrique Peña Nieto que El Chapo no se escapó por un elaborado túnel de una milla de largo, sino que salió por la puerta del penal.
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“La historia del túnel podría ser ‘un distractor’”, escribió Jenaro Villamil en un artículo titulado “El Chapo y el verdadero túnel: la alta corrupción”.
Otro informe, publicado por RT, incluye testimonios de personas vecinas a la cárcel, quienes dijeron que las autoridades no llegaron a la casa donde termina el túnel sino hasta la mañana después de que Guzmán había escapado.
Una de las historias más populares en un sitio mexicano de noticias: “No hubo ningún túnel.”
“Todo el mundo dice que salió por la puerta de entrada”, le dijo uno de los vecinos al reportero, repitiendo lo que inevitablemente puede convertirse en la principal conspiración sobre este capítulo de la vida de El Chapo.
El reportero de RT reforzó esta teoría, señalando que hay un pequeño barranco y rieles de tren entre la casa y la cárcel, lo cual, según los vecinos, haría muy difícil, si no imposible, construir un túnel. Por supuesto, la historia circuló ampliamente en otras páginas de Internet y en las redes sociales.
Otros medios, aunque no contradicen directamente la versión del gobierno, utilizan palabras como “supuestamente” al relatar la versión oficial de los acontecimientos.
Y han circulado dudas sobre otros pequeños detalles, como por qué El Chapo tenía pelo en el video que lo muestra justo antes de su fuga, pero está calvo en la foto publicada por las autoridades después de la misma (vea foto abajo).
Análisis de InSight Crime
En el México actual, las narcoconspiraciones comenzaron incluso antes de que Guzmán se escapara. Ahora que El Chapo está libre, nunca se acabarán.
Estas teorías tienen muy poco de lógica. No es claro qué podría ganar alguien con inventar la historia del túnel para luego tener que enfrentar el problema de reconstruir literalmente la treta. La historia del túnel es lo suficientemente vergonzosa, y es quizá incluso más mortificante para el gobierno mexicano que si El Chapo hubiese salido por la puerta de la cárcel.
Sin duda, hay preguntas sin respuesta. Aparte de la cabeza calva, el tren que va por sobre el túnel y el barranco a donde llega, está la logística de lo que pasó con toda la tierra que se necesitó remover para construir el túnel.
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El proyecto de excavación habría requerido que los trabajadores removieran más de siete toneladas de tierra, arena y otros materiales. Esto habría requerido que camiones con capacidad de 20 toneladas realizaran cerca de 400 viajes a la casa pequeña y solitaria sobre la colina que domina la prisión.
O se les pagó a muchas personas o, como lo indica al menos un sitio de noticias, simplemente vertieron el material detrás de una pared exterior de la boca del túnel, así que realmente no se utilizaron camiones.
Además, los periodistas invadieron la zona, y las autoridades les han dado acceso al comienzo y el final del túnel. De hecho, el acceso extraordinario y casi de inmediato a la celda y a la escotilla de escape del túnel —todo lo cual es técnicamente una escena de crimen— también generó sorpresa, especialmente considerando la tendencia del gobierno de Peña Nieto a cerrar este tipo de acceso, y no a concederlo.
Sitio a donde supuestamente condujo el túnel de El Chapo, desde la prisión federal a una pequeña guarida.
Hay una parte de la escena del crimen que aún no hemos visto. Fuera de funcionarios del gobierno, y probablemente El Chapo, sus ingenieros y cavadores, aún no existe ninguna grabación de ninguna persona que haya atravesado el túnel de un extremo al otro. Aunque sería peligroso y físicamente difícil enviar a alguien allí, la prensa podría poner una cámara en la motocicleta sobre rieles que se utilizó para la fuga. Esto le permitiría a la gente ver si el túnel es realmente un túnel.
En cualquier caso, el gobierno tendrá que hacer esto y mucho más para convencer a los mexicanos de cualquier cosa que diga de ahora en adelante. En un lapso de dos años, Peña Nieto ha pasado de ser modelo de portada de Time al tema del ridículo internacional. Y su mayor logro de seguridad —la captura de El Chapo— se ha convertido en una tumba para su presidencia.
Reconstruir la confianza en su gobierno requerirá más que la captura de Guzmán. El presidente no tiene popularidad, los mexicanos se sienten avergonzados y su confianza está ahora en el nivel más bajo.
Las teorías de conspiración que han surgido después de la fuga de El Chapo reflejan esos dos sentimientos: desconfianza e incredulidad. Para muchos, cualquier versión del gobierno va a sonar extraña. Ni siquiera la idea de que Peña Nieto se monte en la motocicleta sobre rieles y atraviese el túnel los va a convencer de lo contrario.