Cuando en marzo pasado se detonó a distancia un pequeño artefacto explosivo en un bus en Guatemala, las autoridades se alarmaron. En ese entonces los líderes de las pandillas se disculparon y eliminaron a los culpables, dejando confundidas a las autoridades.
El caso dejó cinco muertos: dos pasajeros que viajaban en el bus intermunicipal en la localidad de San José Pinula, a las afueras de la Ciudad de Guatemala, donde explotó la bomba; el cabecilla preso de la pandilla, que ordenó el ataque; el pandillero que puso la bomba y la persona que la preparó.
Un ataque a un bus en Guatemala es cosa de todos los días. Pandillas como el Barrio 18 y sus rivales de la Mara Salvatrucha (MS13) extorsionan sistemáticamente a los autobuses. Esa es una de sus fuentes de ingreso regulares, y cuando el pago no llega a tiempo, hay repercusiones, normalmente en la forma de un conductor muerto.
Sin embargo, las características de la bomba en este bus prendieron las alarmas, porque las autoridades aseguraron que se detonó a distancia por un teléfono celular, una rara táctica que ilustra la sofisticación en aumento de las pandillas.
No dieron más detalles, pero no era la primera vez que Barrio 18 —de quienes se pensaba que eran la menos sofisticada de las dos mayores pandillas— usaba dicha táctica, según contaron a InSight Crime funcionarios de la policía y del Ministerio del Interior.
En 2010, la policía guatemalteca recuperó los restos de otro artefacto explosivo que la pandilla había usado para intentar explotar a distancia un vehículo que se encontraba en el edificio administrativo central del sistema penitenciario.
El objetivo en ese caso, según las autoridades estadounidenses consultadas para la redacción de este artículo, era un funcionario de la prisión. No se detonó, contaron a InSight Crime un antiguo investigador de Estados Unidos y un investigador de la policía (ambos pidieron mantener sus nombres en reserva).
“El mecanismo es sencillo”, comentó el exinvestigador estadounidense. “Lo difícil es la ejecución”.
En un informe obtenido por InSight Crime, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y explosivos (ATF) describió la bomba de 2010 como un “artefacto explosivo improvisado en vehículo”, ya que se encontró en el maletero de un auto.
La ATF envió el “polvo flash” y el “posible acelerador” a Estados Unidos para su estudio. El resto de los materiales, incluyendo el teléfono celular y otros componentes que la pandilla usó para tratar de detonar la bomba, quedaron en Guatemala. (Ver foto a continuación)
El exinvestigador estadounidense sospechaba que las pandillas tenían a alguien que había estado en el ejército o recibido entrenamiento en Estados Unidos para armar el dispositivo en 2010.
“Se movían en terreno desconocido”, observó.
Este no fue el caso, sin embargo, en 2011, cuando presuntamente se detonó una bomba a distancia en un bus, y dejó nueve muertos y 14 heridos.
Tampoco fue el caso de la explosión en 2016. Además de los dos muertos, resultaron heridas otras quince personas en el ataque del 6 de marzo en San José Pinula, municipio aledaño a la capital Ciudad de Guatemala.
Al contrario de los casos anteriores, Barrio 18 reaccionó de inmediato. En los días que siguieron al ataque, estrangularon al cabecilla de la banda, Armando Lorenzana Gómez, alias “El Arjona”, quien en 2009 había sido sentenciado a 40 años de cárcel por homicidio, y afirmaron haber liquidado a otros dos involucrados en la explosión, incluyendo a la persona que armó el dispositivo.
“Ese hombre es responsable del ataque en San José Pinula”, explicó a la prensa uno de los cuatro cabecillas de la pandilla, mientras el cuerpo de El Arjona yacía bajo una sábana blanca a pocos metros de donde él hablaba con varios guardias de la prisión a su lado. (Vea el video abajo)
“Varios de sus compinches están así como él”, agregó.
Análisis de InSight Crime
El uso de un detonador remoto es un problema en la medida en que señala la facilidad con la que pueden combinarse tecnología básica y tácticas sofisticadas para crear un efecto devastador aun en la más rudimentaria de las pandillas callejeras. Es difícil decir si esto marca el inicio de una nueva tendencia. Como se señaló, la pandilla ha usado esporádicamente la táctica desde 2010, con limitado éxito.
La reacción pública de la pandilla ante la explosión también es extraña. El ataque fue usado por los cabecillas de la pandilla para eliminar a algunos de sus miembros, y sus declaraciones parecerían ilustrar un esfuerzo concertado por ganar capital social. Como en El Salvador y en Honduras, Barrio 18 en Guatemala se considera la más cruda y cruel de las dos pandillas principales. Sus rivales en la MS13 usan su prestigio político surgido de esa percepción para buscar apoyo entre las comunidades en las que operan. Pero Barrio 18 puede estar emprendiendo un camino con más maña política también, y este bombazo podría representar ese vuelco, al menos en lo que respecta al Barrio 18 en Guatemala.
Sin embargo un agente de inteligencia de la policía guatemalteca, que habló en condición de anonimato, señaló a InSight Crime que esa declaración pública era un intento de evitar que las autoridades enviaran más recursos a la zona y desarticularan la red.
“No le consultó a La Rueda”, dijo el investigador, usando el nombre de la junta directiva del Barrio 18 y refiriéndose al asesinato de El Arjona. “Y por eso pagó el precio”.
La preocupación de La Rueda, añadió, era que ese hecho “calentaría” la zona sin necesidad. Estas acciones de la policía pueden tener un impacto: dijo que la pandilla puede necesitar de tres a seis meses para recomponer sus cabecillas y actividades criminales después de una intervención policial pesada.
El caso también puede tener más de eso, pues tiene relación con la migración criminal. En abril, las autoridades guatemaltecas capturaron a dos sospechosos más, uno de ellos de nacionalidad salvadoreña. Y un representante del Ministerio de Gobernación, hablando en condición de anonimato, comentó que El Arjona había subido las apuestas en los últimos meses, en parte debido a la llegada de miembros salvadoreños de Barrio 18, quienes huyen de la cruenta guerra en ese país.
Las pandillas de El Salvador han sido implicadas en el uso de Artefactos Explosivos Improvisados (IED por sus iniciales en inglés) en meses recientes. Pero, como lo comentó InSight Crime, por años ha habido migración de pandilleros entre estos países, y las conexiones entre los IED y las pandillas son tenues, por decir lo menos.