Un nuevo informe sobre desplazamiento forzado en Colombia reitera que las poblaciones afrodescendientes, indígenas y campesinas son las más afectadas por este flagelo, y que la principal causa de los éxodos son las dinámicas de violencia entre los grupos criminales por el control de territorios.
La Defensoría del Pueblo publicó el 9 de octubre un documento en el que detalla que entre enero y octubre de 2019 han ocurrido 58 eventos de desplazamiento masivo en el país, dejando un total de 15.140 personas afectadas.
Según el informe, el departamento más golpeado es Nariño, en el sur, con más de 5.400 personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Le siguen Córdoba, Valle del Cauca, Norte de Santander, Chocó y Antioquia.
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El documento también llama la atención sobre dos casos de comunidades que han quedado aisladas por la violencia, los cuales ocurrieron en los últimos meses en los departamentos de Putumayo y Antioquia.
El primero ocurrió en julio en el municipio de Puerto Asís, Putumayo cuando 300 familias quedaron atrapadas en medio de las confrontaciones entre estructuras disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y bandas locales.
El segundo caso se presentó en agosto en cuatro municipios de Antioquia, cuando los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una estructura del grupo Los Urabeños dejaron a más de 1.000 familias indígenas en medio del fuego cruzado, sin acceso a alimentos o atención médica.
Análisis de InSight Crime
En la mayoría de los departamentos señalados por la Defensoría por el aumento en los desplazamientos forzados se han recrudecido los enfrentamientos entre grupos criminales por el control de economías ilegales como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión. Aquí un relato de la situación en cada una de estas regiones:
Nariño
Aquí se registra presencia de por lo menos tres estructuras de las exfarc mafia, conocidas como el Frente Oliver Sinisterra (FOS), las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP) y el Frente Estiven González. También están en el departamento el ELN, Los Urabeños y el grupo de Los Contadores.
Actualmente la disputa más importante en esa zona se libra hacia la costa del departamento entre Los Contadores, el FOS y las GUP por el control de los cultivos de droga, los laboratorios de procesamiento y las rutas de tránsito de estupefacientes hacia el exterior.
Nariño es, de acuerdo con el último informe de la Oficina de las Naciones contra la Droga y el Delito (UNODC), el departamento con más cultivos de ilícitos en el país, lo que lo hace un punto estratégico para el narcotráfico.
Antioquia y Cordoba
Hacia el sur del departamento de Córdoba, que colinda con la zona del Bajo Cauca antioqueño en el noroccidente del país, la pelea entre grupos armados se ha dado mayoritariamente por el control de la explotación ilegal de oro y en ocasiones por la salida de droga.
Los Caparrapos, antiguos aliados de Los Urabeños, mantienen enfrentamientos con este grupo por el control de municipios como Caucasia y El Bagre en Antioquia, con una larga tradición minera. En esta zona del país, estos grupos criminales pueden llegar a obtener al rededor US$725.000 en ganancias mensuales producto de esta actividad.
En la región también hacen presencia las disidencias de las Farc con el Frente 18 al mando de Erlison Echavarría, alias “Ramiro”, y el Frente 36 comandado por Ricardo Ayala, alias ‘Cabuyo’. Además del tráfico de droga, estos bloques disidentes se financian de la extorsión a transportistas y comerciantes. Según el diario El Colombiano, el Frente 18 sería incluso responsable de varios secuestros en el departamento.
En la actualidad, existe una alianza en la zona entre Los Caparrapos, el ELN y el Frente 18 para hacerle frente a los Urabeños y manejar el narcotráfico que sale por esa parte del país.
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Valle del Cauca
Los desplazamientos masivos continúan principalmente por la amenaza de la columna “Jaime Martinez” de las disidencias de las FARC, a cargo de Leider Johani Noscue, alias “Mayimbú”. También hacen presencia el Ejército Popular de Liberación (EPL), los Urabeños, la guerrilla del ELN y en menor medida las bandas “La Local” y “La Empresa”.
Los municipios más afectados debido a la lucha por el control del narcotráfico en el corredor del rio Naya, que conecta la cordillera Occidental y Central con el océano Pacífico en este departamento, son Buenaventura, Jamundí y Bolívar.
Aquí las disidencias de las FARC también extorsionan a transportistas y comerciantes por montos que en ocasiones pueden rodear los 25 millones de pesos mensuales.
Norte de Santander
Los enfrentamientos persisten particularmente en la zona del Catatumbo por el control del cultivo, procesamiento y tráfico de coca.
Luego de una cruenta guerra entre el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el ELN en 2018, algunas de estas confrontaciones continúan en menor escala en municipios como Teorama, el Tarra, Hacarí, Playa de Belén y Sardinata.
La violencia se ha recrudecido debido a que el EPL se encuentra actualmente dividido entre una facción guerrillera en el Catatumbo y otra principalmente narcotraficante que, en alianza con la banda Los Rastrojos, se ha apropiado de una ruta de droga en la frontera del área metropolitana de la ciudad de Cúcuta.