El reciente aumento de los homicidios en El Salvador puede estar relacionado con el también reciente traslado de líderes de pandillas a una prisión de alta seguridad, pero, a diferencia de los aumentos en la violencia registrados en otras ocasiones, los funcionarios no están especulando sobre qué o quién es el responsable.
En El Salvador se está registrando un promedio de 14 asesinatos al día, de 11 que se presentaban solo hace un mes. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de El Salvador, el país centroamericano registró 805 homicidios entre el 1 de enero y el 11 de marzo de este año, en comparación con 794 homicidios que se registraron durante los primeros tres meses de 2014.
Algunos de los ataques ocurridos en este periodo son:
- Cuatro jóvenes, con edades entre 17 y 27 años, fueron encontrados atados y sus cuerpos llenos de heridas de machete en el departamento de Cuscatlán.
- Un ataque a una familia dejó como resultado una persona muerta y dos heridos, entre ellos una niña de 3 años de edad, en San Salvador.
- Un joven de 28 años de edad abrió fuego mientras trabajaba en un lavadero de autos.
- El asesinato de un expandillero que se había vuelto pastor evangélico.
También han sido asesinados 10 policías, dos oficiales del ejército y cinco guardias de prisión en lo que va corrido del año, y se han presentado varios ataques contra patrullas policiales y del ejército. Otro caso llamativo es el del fiscal que dirigía la unidad de homicidios en la quinta ciudad más grande de El Salvador, quien, según los informes, recibió 15 impactos de bala cuando salía de su casa.
Sin embargo, hasta ahora los funcionarios de seguridad de El Salvador han sido renuentes a afirmar que existe una relación entre estos asesinatos y el reciente traslado de líderes de las dos pandillas más grandes del país, MS13 y Barrio 18, a una prisión de máxima seguridad.
El Salvador intermedió en una tregua con estas dos pandillas en 2012 y trasladó a sus líderes a cárceles de menor seguridad y en las que podían disfrutar de más visitas, a cambio de que generaran menor violencia. La tregua finalmente se rompió en medio de acusaciones de que la baja tasa de homicidios era falsa; y después de que el presidente Salvador Sánchez asumió el cargo en junio de 2014, su administración hizo hincapié en que no intentaría negociar otra vez con las pandillas.
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En declaraciones a los medios de comunicación, el director del Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador, José Fortín Magaña, advirtió que podría ser demasiado pronto para afirmar que existe una relación entre el rompimiento de la tregua entre pandillas y el aumento en los homicidios.
“No hay información que nos diga que el número de crímenes aumentó tras el traslado de los reclusos [el 19 de febrero], pero sí hubo días que se reportaron más muertes que en otros”, le dijo al diario El Mundo.
Además, le dijo a otro periódico que no había pruebas suficientes “para hacer tales suposiciones”.
El fiscal general de la nación, sin embargo, reaccionó fuertemente a estos comentarios, afirmando que las observaciones de Fortín eran “irresponsables” por el hecho de sugerir que había una relación entre la transferencia de prisión y el aumento de los homicidios.
Benito Lara, ministro de Seguridad de El Salvador, también pareció escoger cuidadosamente sus palabras en su conversación con el periódico La Prensa Gráfica.
“Mire, cualquier medida que nosotros tomemos va a tener una reacción”, dijo, y agregó que el gobierno planeaba tomar “medidas extraordinarias” para combatir la creciente violencia.
Análisis de InSight Crime
Durante anteriores aumentos en la violencia, los funcionarios del gobierno no han dudado en culpabilizar a las pandillas. Su renuencia a hacerlo esta vez refleja el delicado manejo político de la fallida tregua entre pandillas.
Es claro que al gobierno no le interesa que sus funcionarios de alta seguridad afirmen que la política del gobierno (es decir, la suspensión total de la tregua que redujo drásticamente los homicidios en El Salvador) ha empeorado las cosas. Y dada la baja tasa de resolución de homicidios en El Salvador, sería una tarea gigantesca determinar cuáles homicidios están relacionados con la posible orden de los líderes pandilleros de que se intensifique la violencia (como una manera de “castigar” al gobierno por retractarse de la tregua) y cuáles no están relacionados con ello.
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También hay razones para creer que este aumento en los homicidios involucra a múltiples actores, no sólo la violencia entre pandillas como resultado de una tregua fallida. En palabras del director de asuntos internos de la policía de El Salvador, las fuerzas de seguridad se consideran “en guerra” con las pandillas, y la cifra de muertos recuerda, sin duda, que el país se encuentra en un conflicto de grandes dimensiones.
Parte de esta violencia se puede deber a ejecuciones extrajudiciales. En sus comentarios a El Mundo, el director forense de El Salvador señaló que existen algunas pistas de que escuadrones de la muerte podrían estar detrás de algunos de los asesinatos.
“Sabemos que en algunos casos las víctimas son puestas de rodillas y luego se les dispara por la espalda”, dijo.
Informes sobre dichos escuadrones de la muerte han circulado desde el año pasado, aunque el jefe de asuntos internos de la policía descartó recientemente dichos informes, calificándolos como “leyendas urbanas”.
Por su parte, los líderes de las pandillas están protestando por su traslado. Recientemente realizaron una huelga de hambre de tres días y presentaron una queja ante un juez por las condiciones en la prisión donde se encuentran detenidos. Como resultado de la postura del gobierno y de su decisión de no negociar con los líderes de las pandillas en el corto plazo, el jefe nacional del sistema penal dijo que no planeaba realizar ningún cambio en la instalación penitenciaria.