Varias semanas después de que se conociera la noticia del suicidio de un notorio pran venezolano en Colombia, las autoridades confirmaron el fallecimiento de Edwin Ramón Soto Nava, cuya muerte ha tenido repercusiones en el hampa de Venezuela.
Según una investigación de Noticias Caracol, Soto Nava, alias “Mocho Edwin”, se quitó la vida el mes pasado. Vivía en Bogotá con un nombre falso, después de haber conseguido ilegalmente una cédula de ciudadanía colombiana que lo identificaba como Damián Arturo de la Cava Iguarán.
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El suicidio de Soto Nava fue mencionado inicialmente el 29 de agosto por el diario La Verdad del Zulia, luego de que amigos y familiares comenzaran a circular mensajes por WhatsApp sobre su muerte. Según el diario, Soto Nava saltó del sexto piso del edificio donde vivía. La policía había rodeado el edificio después de responder a llamadas de los vecinos sobre un altercado en su apartamento.
Soto Nava, al parecer bajo la influencia de las drogas y el licor, tuvo una acalorada discusión con su novia, cuando disparó varios tiros por una ventana, según el medio.
Los medios de Venezuela no tardaron en recoger la noticia sobre la muerte de Soto Nava, pero aunque en las redes sociales circuló un video de la escena en el edificio de apartamentos, pasaron semanas antes de que las autoridades colombianas y venezolanas confirmaran el suicidio.
Se decía que Soto Nava residía en Colombia desde 2018, donde se escondía de las autoridades y la larga lista de enemigos que acumuló en su carrera criminal.
Análisis de InSight Crime
Soto Nava, quien fue uno de los pranes (jefes de pandillas carcelarias) más poderosos de Venezuela, vio cómo su poder menguó durante una larga ausencia de su fortín en el estado de Zulia, al oeste de Venezuela.
De 2009 a 2013, Soto Nava y varios de sus hombres se impusieron en la prisión de Sabaneta, en Zulia. Este centro carcelario fue descrito por BBC Mundo como el más peligroso del país. En dicha prisión conformó la banda Tren del Norte, que llegó a extender su influencia hasta Maracaibo, capital de Zulia, en especial en la zona norte de la ciudad. Allí, los miembros de la banda extorsionaban a comerciantes, se dedicaban a la piratería en el lago de Maracaibo, y participaron en secuestros y expendio de estupefacientes en las calles.
Con el cierre de la prisión de Sabaneta en 2013, Soto Nava fue trasladado a la prisión de Tocorón, donde llegó a conocer al líder del Tren de Aragua, actualmente la banda más poderosa en Venezuela. Desde Tocorón, continuó en la dirección del Tren del Norte, pero la banda se debilitó sin su mando directo.
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La banda experimentó un resurgimiento después de la excarcelación de Soto Nava en 2017. Pero su muerte podría marcar la desaparición del Tren del Norte, para el cual las cosas no estaban nada fáciles tras la pérdida de un importante lugarteniente, Hugo Enrique González Rico, alias “Kike”, quien fue asesinado en enero de 2020.
A la deriva, los integrantes del Tren del Norte pueden terminar siendo absorbidos por otras bandas criminales, en especial el Tren de Aragua, dados los nexos que Soto Nava tuvo con su líder, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”.
Los Leal, una banda criminal del estado Zulia con la que Soto Nava también tuvo alianzas, y otras que operan en esa región, también podrían atraer a sus filas a los miembros del Tren de Norte.
Con todo esto, la huella de Soto Nava en el hampa venezolana no se borrará fácilmente: pionero en el establecimiento del poder de los jefes carcelarios, fue llamado por los periodistas el “pran de pranes”.