La larga lucha de Paraguay contra la corrupción se ha convertido en uno de los temas principales de las elecciones presidenciales previstas para el 30 de abril, en las que los principales candidatos proponen enfoques muy diferentes sobre cómo afrontarla.
El principal candidato, Efraín Alegre, ha capitalizado los escándalos de corrupción que implican al partido político de su principal oponente, Santiago Peña.
Por su parte, el Partido Colorado de Peña ha visto empañada su imagen por las sanciones impuestas desde Estados Unidos relacionadas con corrupción de algunos miembros del partido, entre ellos, el expresidente Horacio Cartes y el actual vicepresidente Hugo Velázquez.
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Mientras tanto, el controvertido Paraguayo Cubas gana popularidad al adoptar una postura de línea dura contra la delincuencia y la corrupción con audaces promesas dictatoriales.
Las elecciones llegan en un momento en que Paraguay lucha contra la delincuencia organizada y la corrupción. Las guerras territoriales entre bandas han disparado los homicidios. Grupos transnacionales, como el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil, se han establecido en el país, y los grupos criminales son cada vez más audaces a la hora de intimidar y asesinar a las fuerzas de seguridad.
InSight Crime examina las medidas que estos candidatos proponen contra la corrupción y el crimen organizado.

El jurista
Liderando las encuestas se encuentra el candidato de la oposición, Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico. Alegre, un crítico acérrimo del Partido Colorado, ha prometido arremeter contra la arraigada corrupción política.
Alegre es un político veterano que trabajó con el expresidente Fernando Lugo —el único candidato que ha vencido al Partido Colorado en los últimos 77 años— y ha ocupado el segundo lugar en las dos últimas elecciones presidenciales. Lugo afirma que el desacreditado expresidente Cartes, quien dirige un gigantesco imperio de cigarrillos ilegales, está tratando de volver a ejercer su influencia sobre la presidencia, utilizando a Peña como fachada.
Lugo ha prometido fortalecer las instituciones paraguayas que han enfrentado críticas por no investigar adecuadamente ni actuar contra los principales políticos del país. El Ministerio Público, por ejemplo, ha sido criticado por cerrar casos en los que había abundantes evidencias de corrupción. Uno de los ejemplos más sonados es el de la exfiscal general Sandra Quiñónez, quien no enjuició a miembros de alto rango del Partido Colorado, entre ellos Cartes, incluso después de que Estados Unidos había impuesto sanciones contra el expresidente. Asimismo, numerosos miembros de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) han sido acusados de corrupción.
La instituciones de Paraguay cuentan con mecanismos para combatir actividades ilícitas como la corrupción y el lavado de dinero, pero están siendo subutilizadas por el gobierno actual, según le dijo a InSight Crime el profesor Esteban Caballero, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
“Todos estos organismos tienen la posibilidad de mejorar su desempeño si son dirigidos y autorizados para hacerlo por un ejecutivo comprometido”, afirma Caballero.
Sin embargo, hay un problema: incluso si Alegre gana la presidencia, es probable que el Partido Colorado mantenga su control sobre el legislativo, bloqueando cualquier política que vaya en contra de sus intereses, especialmente las políticas que puedan amenazar a los legisladores corruptos.
En cuanto a la seguridad, la propuesta insignia de Alegre es Vivir Sin Miedo, con la cual pretende desarrollar las capacidades de los organismos de seguridad mediante la inversión en nuevas tecnologías, como drones y cámaras de seguridad, y aumentar la iluminación de los espacios públicos.
Este plan quizá ayudaría a controlar los delitos callejeros menores, pero no abordaría las amenazas más graves de Paraguay, como señala un experto. La creciente inseguridad está siendo causada por grupos que intentan controlar las rutas internacionales de narcotráfico que pasan por Paraguay —grupos que no se detendrán por una mayor iluminación en las calles—.
“Él habla de un uso más inteligente de los recursos policiales, pero su estrategia parece enfocarse en [...] cámaras de seguridad en los barrios y el despliegue de más policías en las calles, lo que no creo que apunte al meollo del problema”, le dijo a InSight Crime el periodista paraguayo Laurence Blair.
En cambio, Blair cree que Paraguay necesita atacar a las organizaciones internacionales de narcotráfico en lugar de los grupos de bajo nivel que cometen delitos menores en las calles del país. Una tecnología alternativa para invertir sería el radar, que podría utilizarse para rastrear los vuelos con droga procedentes de Bolivia.
"Si Paraguay no puede vigilar sus propias fronteras, no veo cómo puede hacer frente con eficacia al crimen organizado", afirmó Blair.
El economista
Peña, que aparece en las encuestas justo por detrás de Alegre, ha luchado por superar su asociación con elementos supuestamente corruptos del Partido Colorado. Ha intentado distanciarse de ciertas facciones del partido y ha prometido una importante auditoría de las instituciones corruptas para rehabilitar la reputación de Paraguay y atraer inversiones.
Pero los vínculos de Peña con Cartes son fuertes. Anteriormente fue ministro de Economía de Cartes y fue nombrado miembro del directorio de un banco propiedad del expresidente, lo que lleva a cuestionar su capacidad o intención de reformar un sistema en el que goza de una posición privilegiada.
Promulgar reformas significativas contra la corrupción sería largo y arduo, dijo a InSight Crime David Riveros García, Director Ejecutivo de la organización anticorrupción paraguaya "reAcción".
"La corrupción es una institución, quizás la única institución realmente desarrollada en Paraguay", dijo.
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Como economista, Peña se presenta con una plataforma proempresarial. Cree que, al reducir la pobreza, se reducen los incentivos para que la gente se dedique a actividades delictivas.
Sus propuestas pretenden lograr que un mayor número de paraguayos accedan al mercado laboral. Ha prometido ofrecer cuidado infantil gratuito para las madres que trabajan y estudian, y ha afirmado que creará 500.000 nuevos empleos, aunque no ha dicho de qué manera.
Sin embargo, las reformas propuestas por Peña carecen de detalles, sobre todo en el ámbito de desarrollo rural. Ninguna de sus propuestas incluye mecanismos para el desarrollo de las zonas más pobres del campo paraguayo, donde el Estado está en gran medida ausente y los traficantes a menudo prosperan.
El departamento fronterizo de Amambay es un importante centro de cultivo de marihuana y del tráfico de la planta hacia Brasil. La falta de alternativas económicas en la región es una de las razones para la permanencia de esta situación, a pesar de los grandes esfuerzos policiales. Hay poca presencia estatal, y grupos como el PCC están firmemente arraigados. Asimismo, las zonas rurales de Itaipú se han convertido en áreas clave para el tráfico de drogas, armas, bienes de contrabando y personas hacia Argentina y Brasil.
“La pobreza y la desesperación en el campo paraguayo son realmente lo que permite el arraigo de estos grupos narcotraficantes”, señala Blair.
La propuesta de Peña para atacar la criminalidad es cuando menos decepcionante, como afirma el experto. El candidato tratará de luchar contra la drogadicción mediante el desmantelamiento de los puntos de venta y el ofrecimiento de programas de rehabilitación para los drogadictos, con el fin de ayudarlos a reintegrarse a la fuerza laboral. Pero su plataforma carece de medidas concretas para combatir la corrupción que ha permitido a los grupos internacionales del crimen organizado traficar con drogas a través del país.
“Es como abordar el síntoma en lugar de la causa”, afirma Blair. “Los consumidores de drogas en las calles no son el principal problema de Paraguay, sino el hecho de que las instituciones estatales están siendo cooptadas por los intereses del crimen organizado”.
El agitador
En tercer lugar se encuentra Paraguayo Cubas, del Partido Cruzada Nacional. Aunque un amplio margen lo separa de Peña, Cubas ha estado ascendiendo en las encuestas, en tanto que Peña ha descendido.
Cubas es un abogado y consultor que fue elegido para el Senado en 2018 y llegó a ser conocido por sus acrobacias publicitarias. Cometió agresiones contra un rival político y la policía, y ha amenazado con asesinar a 100.000 brasileños como reacción ante el deterioro ambiental en Paraguay. Debido a sus comportamientos, fue finalmente expulsado del Senado en 2019.
Cubas dijo que adoptaría una línea dura contra la corrupción, razonando que la delincuencia florece en Paraguay porque las élites políticas son a su vez delincuentes.
No habrá "perdón ni olvido" en los casos de corrupción, dijo Cubas en una entrevista con el medio de comunicación local Última Hora. El candidato citó como ejemplo a El Salvador, cuya lucha contra la delincuencia ha suscitado serias preocupaciones en materia de derechos humanos, como modelo para su postura de mano dura contra la delincuencia.
Sus propuestas en materia de seguridad son obtusas, e incluyen la consolidación de las fuerzas armadas y el restablecimiento de la pena de muerte. Las reformas institucionales propuestas por Cubas son las más extremas de todos los candidatos, y él ha declarado que estaría dispuesto a reescribir la Constitución de Paraguay.
“Efectivamente él ha dicho que va a gobernar como un dictador benevolente. Va a disolver el Congreso. Va a gobernar por decreto”, señala Blair.