Aunque el contrabando ha gozado de una bonanza en la frontera Argentina-Brasil durante la pandemia de COVID-19, el vino parece haber tenido una demanda especialmente elevada, como lo demostraría un sonado homicidio ligado a su exportación ilegal.
El 14 de mayo, el abogado Juan María López fue acribillado en Bernardo de Irigoyen, ciudad argentina próxima a la frontera con Brasil. La policía halló varios recibos en el vehículo, que revelaban que López estaba involucrado en el transporte ilícito de botellas de vino desde Buenos Aires a Brasil pasando por Bernardo de Irigoyen, según el diario local El Territorio.
La policía declaró al periódico que los dos sospechosos cruzaron la frontera y huyeron a Brasil, y que los investigadores manejan la hipótesis de que la muerte de López se debe a sus vínculos con el contrabando de vino.
Este no es el primer homicidio en Bernardo de Irigoyen que tiene como motivación el contrabando local.
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Este caso coincide con un récord en los decomisos de vinos en la frontera durante la pandemia. Después de lograr decomisos históricos de vino de contrabando durante la pandemia, Brasil se alió con Argentina para evitar que este tipo de contrabando pasara sus fronteras. En marzo, diferentes instituciones en Argentina y Brasil confiscaron la asombrosa cantidad de 80.000 botellas de vinos argentinos, chilenos, alemanes, italianos y españoles en las ciudades de Bernardo de Irigoyen, Dionisio Cerqueira y Barracao, en el marco de la Operación Dionisio.
De enero a julio de 2020, las autoridades brasileñas incautaron 35.000 botellas, frente a 22.000 botellas en todo 2019. La incautación más memorable se produjo después de que un perpetrador proveniente de Brasil evadió a la policía en un Fiat Uno, chocó contra marcadores fronterizos entre Argentina y Brasil y se estrelló contra una acera en Argentina antes de huir a pie. En abril de 2020, otro criminal trató de frustrar a las autoridades mediante el uso de una máquina de niebla en su vehículo que le permitiría escapar mientras la policía estaba temporalmente ciega.
Para evadir la detección, se pegan etiquetas falsas a las botellas y se falsifican los documentos que demuestran la procedencia del vino, para convertir lo que era un vino barato e insípido en vino fino argentino de categoría mundial.
Análisis de InSight Crime
Aun cuando el contrabando en general tuvo un aumento sustancial durante la pandemia, el repentino incremento del contrabando de vinos en la región fronteriza entre Argentina y Brasil demuestra el desarrollo y la sofisticación de esta industria ilícita.
Brasil ha trabajado incansablemente para frenar el mercado ilegal de vinos, con decomisos más grandes y más frecuentes en meses recientes. La operación Horus, creada para impedir el ingreso de todo tipo de contrabando a Brasil por medio de la frontera compartida con Argentina y Paraguay, hizo tantos decomisos de vino que mereció la creación de una nueva operación centrada exclusivamente en este producto: la operación Dionisio. Esta ha decomisado hasta el momento 107.000 botellas de vino, según información de organismos brasileños.
Aunque el contrabando de vinos es más notorio en la región fronteriza de Argentina y Brasil, también ha habido decomisos en Bolivia y Colombia. A comienzos de este mes, el Ejército colombiano destruyó 1.758 litros de distintos tipos de licores, incluidos vinos. En noviembre de 2020, se sacaron 60 toneladas de vinos, cervezas y licor de contrabando del departamento de Tarija en Bolivia. En junio de 2020, las aduanas bolivianas hallaron docenas de cajas de vinos finos escondidas bajo sacos de cebollas en Santa Cruz.
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Los vinos finos no son el único tipo de licor que se distribuye en el mercado negro: el licor constituye hasta el 92 por ciento del licor ilícito en Latinoamérica, según un informe de 2018 por Euromonitor International. Durante la pandemia se sintieron los efectos letales del licor de destilación casera.
Varios gobiernos latinoamericanos implementaron leyes secas provisionales al inicio de la pandemia con el fin de evitar grandes aglomeraciones de personas, lo que llevó a muchos a destilar sus propias bebidas. Esas bebidas adulteradas pronto se hicieron muy populares, pero han causado cientos de muertes en toda la región.