Colombia ha estado enviando miles de efectivos hacia una de sus fronteras con Venezuela, donde recientemente una célula disidente de las FARC llevó a cabo dos graves ataques. Sin embargo, aún están por verse las consecuencias finales de dicho despliegue.
El 24 de julio, Colombia anunció que se desplegarían 14.000 efectivos en Norte de Santander, departamento en el norte del país, en la frontera con Venezuela, con el fin de desmantelar el Frente 33 de las FARC y capturar a su líder, Javier Alonso Veloza García, alias “Jhon Mechas” o “Jhon Milicias”.
El Frente 33 es parte de una red fragmentada de grupos que antes pertenecían a las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), conocidas como la ex - FARC. Esta célula disidente ha asumido la responsabilidad de dos grandes ataques contra las autoridades colombianas en los últimos meses.
El 15 de junio, una camioneta cargada con 30 kilos de explosivos detonó al interior de la Brigada 30 del Ejército colombiano en Cúcuta, capital de Norte de Santander. El ataque dejó como resultado 34 soldados y dos civiles heridos.
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El 25 de junio, se lanzaron disparos contra un helicóptero que intentaba aterrizar en Cúcuta y en el cual iban el presidente de Colombia, Iván Duque, y varios ministros. El helicóptero fue impactado varias veces, pero nadie resultó herido por los disparos.
El fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, culpó de los ataques al Frente 33, el cual, en uno de sus videos, admitió que en efecto había sido el autor de dichas ofensivas.
Por esa razón el Gobierno ordenó el despliegue de los 14.000 efectivos y anunció que estaba ofreciendo una recompensa de 600 millones de pesos colombianos (US$150.000) por Veloza García, el líder del Frente 33.
Análisis de InSight Crime
Este despliegue militar ubica al Frente 33 como una nueva prioridad de seguridad en Colombia. Pero a pesar de que ha realizado dos grandes ataques, este grupo no parece ser una amenaza nacional, lo que genera dudas acerca de si se justifica una respuesta de esta magnitud.
En primer lugar, el Frente 33 no actuó en el vacío. Si bien era un frente conocido como uno de los grupos disidentes de las FARC, estos dos ataques lo llevaron a visibilizarse como una de las principales amenazas criminales de Colombia.
Por mucho tiempo, el grupo ha apoyado al veterano comandante de las FARC, Miguel Botache Santillana, alias “Gentil Duarte”, en sus intentos de reunir a los frentes fragmentados en una sola unidad de combate. Según inteligencia militar colombiana referida por El Tiempo, John Mechas se vinculó a las FARC en 1996 y ascendió en sus filas hasta llegar a convertirse en comandante del Frente 33 en 2016.
Como se mencionó anteriormente, el Frente 33 hace parte de una coalición de grupos de las antiguas FARC liderada por Duarte. En mayo de 2020, el Frente 33 trasmitió un video en el que reconocía públicamente a Duarte como su líder. Según fuentes de inteligencia del Ejército, se cree que el Frente 33 cuenta con unos 200 hombres, en tanto Duarte podría tener hasta 3.000 hombres bajo su control en Colombia y Venezuela. Y aunque las autoridades han hecho repetidos intentos de capturar a Duarte, este sigue prófugo.
Según investigadores de una organización internacional presente en Norte de Santander, que solicitaron que su nombre se mantuviera en anonimato por razones de seguridad, el Frente 33 ya ha actuado directamente bajo órdenes de Duarte. En varias ocasiones, John Mechas y el Frente 33 se han enfrentado con miembros de la Segunda Marquetalia, una facción rival de disidentes de las FARC, e incluso han matado a algunos de ellos, según conoció InSight Crime.
No hay información que indique si Duarte ordenó personalmente el ataque contra el helicóptero presidencial o contra la Brigada 30.
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En segundo lugar, el Frente 33 puede escaparse fácilmente hacia Venezuela. La abierta hostilidad entre Bogotá y Caracas ha permitido que numerosos grupos criminales colombianos utilicen a Venezuela como refugio. Se sabe que el Frente 33 opera desde el estado Zulia en Venezuela.
En 2021, los enfrentamientos entre antiguos grupos de las FARC y las fuerzas venezolanas se han intensificado drásticamente. Sin embargo, alias John Mechas y el Frente 33 podrían replegarse donde las tropas colombianas no puedan ingresar. El presidente Duque complicó las cosas el 26 de julio, cuando pidió que Estados Unidos incluyera a Venezuela dentro de la lista de países promotores del terrorismo, por albergar a exguerrilleros de las FARC.
Finalmente, existe una preocupación legítima acerca del alcance real de estos despliegues. Si bien reforzarán la labor policial y militar en Norte de Santander, claramente tienen la mira en el Frente 33. Pero será difícil identificar el paradero de John Mechas y sus hombres en esa región, plagada de amenazas criminales y con una agreste frontera que el Ejército colombiano no puede cruzar.