A medida que Brasil intenta mantener su dominio del mercado de soya, se enfrenta a un creciente desafío: una avalancha de contrabando de soya desde Argentina.
El 4 de enero de 2022, la Prefectura Naval Argentina incautó más de 7,6 toneladas de soya de contrabando que eran exportadas de manera ilegal a Brasil. Esta situación ya venía creciendo desde 2021, pues en el primer semestre del año se incautaron 2.530 toneladas de soya de contrabando que se dirigían de Argentina hacia Brasil, informó La Nación.
El contrabando de soya ha estado inundando Brasil en los últimos años, particularmente desde la ciudad fronteriza de El Soberbio, en Argentina, la cual se ha convertido en epicentro de esta economía ilegal. Según el medio Clarín, en la ribera de la ciudad a lo largo del río Uruguay pululan puertos clandestinos, donde el producto es subido a balsas y canoas y transportado hasta el estado brasileño de Rio Grande Do Sul.
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La magnitud del contrabando de soya que llega a Brasil es impresionante. En abril de 2021, Clarín publicó estimaciones de funcionarios de aduanas argentinos, según las cuales a Brasil llegan entre 180.000 y 200.000 toneladas de soya cada año.
Sin embargo, el principal productor de soya del mundo no es el único que enfrenta esta situación. Los contrabandistas también han puesto sus ojos en Paraguay y Bolivia. En noviembre pasado, Paraguay incautó más de 500 toneladas de soya provenientes de Argentina, en tanto que Bolivia incautó más de 200 toneladas; cada una de estas incautaciones se realizó en una sola operación. Aunque aparentemente estos mercados son menos rentables que el brasileño, los contrabandistas están haciendo uso de las porosas fronteras para inundar de este producto a los vecinos de Argentina.
La causa subyacente de este comercio es la diferencia en las ganancias: mientras que una tonelada de soya alcanza un precio aproximado de US$272 en Argentina, esa misma carga cuesta casi US$844 en Brasil y unos US$500 en Paraguay y Bolivia.
Análisis de InSight Crime
Desde junio de 2019, los precios de la soya han subido constantemente en Brasil, y se dispararon a finales de 2020 y principios de 2021. Junto con el desplome del real brasileño y la alta demanda en el mundo, la mayor parte de la soya del país se destina a los mercados extranjeros.
Todos estos factores han llevado a un auge del producto, por lo que los proveedores de Brasil compiten por satisfacer la demanda y producen cantidades cada vez mayores de soya, lo que llevó a que el país superara a Estados Unidos y se convirtiera en el productor mundial dominante en 2020.
Los contrabandistas argentinos parecen estar sacando provecho de esta bonanza, enviando cantidades cada vez mayores de soya de contrabando al mercado brasileño, como lo demuestran las incautaciones del último año. Los transportistas han entendido que los riesgos de una multa, o incluso del encarcelamiento, son mucho menores en comparación con las ganancias.
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Las autoridades argentinas han apresado transportadores del grano e incluso policías, aunque creen que también hay participación de grandes empresas agroexportadoras. Un informe de marzo de 2021 sostenía que estas empresas exportadoras estaban recolectando soya de contrabando para complementar sus exportaciones.
Si bien hay nuevos controles fronterizos, las realidades económicas en Argentina y Brasil, agravadas por la normalización del contrabando dentro de las provincias fronterizas, hacen que detener el flujo de soya de contrabando sea una tarea incierta.