La imputación de Estados Unidos contra el exjefe antinarcóticos boliviano por cargos de drogas y armas implica que este podría ser extraditado a Estados Unidos, una decisión que depende de Bolivia, tras ser capturado en ese país por enriquecimiento ilícito.
Maximiliano Dávila Pérez, quien estuvo a la cabeza de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) en 2019, durante el mandato del expresidente Evo Morales, enfrenta cargos de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos y otros delitos relacionados con armas, según un comunicado expedido el 2 de febrero por el departamento de justicia estadounidense.
En su declaración, el fiscal estadounidense Damian Williams alegó que Dávila "trabajó en asocio con laboratorios de droga bolivianos e intentó enviar más de [1000] kilos de cocaína hacia Estados Unidos".
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El anuncio se conoce poco más de una semana después de que las autoridades bolivianas capturaran a Dávila el 22 de enero, cuando pretendía huir hacia Argentina. El ministerio de gobierno de Bolivia señaló en un comunicado que el exfuncionario es señalado de “enriquecimiento ilícito y ciertos vínculos con el narcotráfico".
Varias horas antes de que el departamento de justicia hiciera el anuncio formal de cargos contra Dávila, el departamento de estado ofreció US$5 millones por información que condujera a su condena. "Se cree que Dávila usó su cargo para proteger avionetas empleadas para el trasiego de cocaína por terceros países con fines de distribuirla en Estados Unidos", señalaron los representantes de gobierno.
Se dice que Estados Unidos solicitó la extradición del exfuncionario.
Análisis de InSight Crime
Después de que Dávila saliera de su alto cargo, se vio acosado por denuncias de corrupción y complicidad con mafias dedicadas al tráfico de cocaína en Bolivia, y fiscales en Bolivia y Estados Unidos lo han acusado de numerosos delitos.
Las investigaciones del ministerio de gobierno se han centrado en la relación de Dávila con Jorge Roca Suárez, veterano traficante que pasó casi tres décadas en una prisión estadounidenses, y con el exagente de policía Omar Rojas Echeverría. Sobre Dávila recaen acusaciones de proteger cargamentos de cocaína despachados por ambos personajes.
En abril de 2021, las autoridades de Perú aprehendieron a Roca Suárez, a quien fiscales de Estados Unidos requerían por narcotráfico. Un mes después, las autoridades colombianas capturaron a Rojas en el marco de la misma operación en la que cayó Roca Suárez, según la Policía Nacional de ese país. Pero las autoridades colombianas han vinculado a Rojas con el tráfico de solo cinco kilos de cocaína, según expedientes judiciales del país andino.
Por otro lado, el proceso contra Dávila en Estados Unidos tiene que ver con una investigación de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), abierta en 2017. Esa investigación llevó a la captura de Percy Vásquez-Drew, quien se declaró culpable en 2020 del tráfico de 450 kilos de cocaína hacia Estados Unidos, según expedientes judiciales del caso.
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En el convenio de sentencia del caso, los fiscales declararon que unos informantes de la DEA grabaron a Vásquez-Drew, cuando hablaba de sus conexiones con funcionarios corruptos y de la posibilidad que tenía de acceder a un avión de carga del ejército para transportar 60 toneladas de cocaína. Según Associated Press, Vásquez-Drew es coacusado de Dávila.
"Vásquez-Drew también dijo que él y otros narcotraficantes habían podido operar con impunidad en Bolivia porque la DEA y la [Agencia Central de Inteligencia] CIA habían sido 'expulsadas' del país hacía varios años, y las únicas autoridades antinarcóticos estaban dispuestas a aceptar sobornos de Vásquez-Drew para facilitar el tráfico de drogas", anotaron los fiscales en el expediente de la corte en agosto de 2020.
Cabe resaltar los cargos simultáneos contra Dávila por parte de Bolivia y Estados Unidos, si se tiene en cuenta las profundas diferencias en la política antinarcóticos de ambos países y que el principal destino de la cocaína boliviana no es el país norteamericano. Los agentes estadounidenses reconocen que Colombia es el "mayor productor mundial de cocaína" y que la cocaína colombiana "domina el mercado" en Estados Unidos.
La mayor parte de la cocaína procedente de Bolivia —tercer mayor productor mundial después de Perú— está manejada por poderosos clanes familiares que desempeñan un rol clave en las operaciones de trasiego de drogas hacia Brasil, desde donde se lleva la droga a los consumidores locales y a mercados europeos.
Sin embargo, hay razones de peso para preguntarse por la integridad de la unidad antinarcóticos del país, pues Dávila es el cuarto alto oficial antidrogas acusado de tener nexos directos con el tráfico de cocaína.