Desde hace dos meses que el gobierno de El Salvador comenzó su campaña de arrestos masivos, como una ofensiva contra las pandillas, se han arrestado menos de 60 presuntos pandilleros del país en Honduras y Guatemala, una cifra que pone en duda los refuerzos a la seguridad y la retórica oficial de pánico.
El más reciente arresto se produjo el 30 de mayo, cuando las autoridades guatemaltecas detuvieron a un presunto pandillero de la Mara Salvatrucha (MS13) en el departamento fronterizo de Jutiapa, según un comunicado de prensa del Ministerio de Gobierno. Dicho comunicado señala que las autoridades arrestaron a 43 presuntos pandilleros de El Salvador desde el 29 de marzo, cuando Guatemala inició su propia campaña de seguridad como respuesta al estado de emergencia en El Salvador.
El 27 de marzo, la legislatura de El Salvador aprobó poderes de emergencia que flexibilizaron la reglamentación en torno a los arrestos y suspendieron las libertades civiles, debido a que en un solo fin de semana se presentaron niveles récord de asesinatos por parte de las pandillas. Desde entonces, las autoridades han encarcelado a más de 36.000 personas sospechosas de ser pandilleras.
Sin embargo, las 43 personas arrestadas en Guatemala representan menos del dos por ciento de las casi 2.700 deportadas por asuntos migratorios entre el 29 de marzo y el 25 de mayo, como parte de la operación de seguridad lanzada por el país.
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En la vecina Honduras, las autoridades informaron de la captura de 16 presuntos pandilleros salvadoreños desde el inicio del estado de emergencia en El Salvador, según un informe del 13 de mayo del medio de noticias Proceso.
Las autoridades de Honduras y Guatemala lanzaron nuevas operaciones para reforzar la seguridad en sus fronteras con El Salvador, lo que incluye un mayor número de puestos de control, así como más agentes de policía e incluso unidades antipandillas, que fueron desplegadas en las fronteras a fines de marzo.
Además, ambos países han intensificado recientemente la cooperación con las autoridades salvadoreñas para coordinar las labores en materia de seguridad y acelerar la deportación de presuntos pandilleros.
Cuatro presuntos pandilleros fueron arrestados en Belice a principios de mayo, según un informe de un medio local.
Análisis de InSight Crime
Las duras campañas de las autoridades hondureñas y guatemaltecas como respuesta a la supuesta migración masiva de pandilleros de El Salvador son desproporcionadas con respecto a la amenaza real. Por el contrario, como señala un experto en pandillas entrevistado por InSight Crime, estos gobiernos deberían centrarse en el traslado de unos pocos líderes pandilleros, así como en el arraigo de estas pandillas en dichos países y en el éxodo de civiles, que es de mayores proporciones.
Las autoridades hondureñas quizá están reaccionando para evitar lo que sucedió en 2016, cuando una ofensiva contra las pandillas salvadoreñas dio lugar al nacimiento de una violenta clica de la MS13 en el país. Sin embargo, dicha clica estaba compuesta principalmente por hondureños liderados por un cabecilla salvadoreño de alto rango, conocido con el alias de “Isaías”.
El gobierno de El Salvador, por su parte, al parecer no fue claro con Guatemala respecto a la liberación de un peligroso pandillero allí. A principios de mayo, el medio de comunicación El Faro publicó un explosivo informe que reveló un audio en el que Carlos Marroquín, director de la Unidad de Reconstrucción del Tejido Social del gobierno, afirma que liberó de prisión al líder de la pandilla MS13 Elmer Canales Rivera, alias “Crook”, y lo llevó hasta Guatemala. Crook, quien es miembro de la junta directiva de la MS13, conocida como la Ranfla Nacional, es requerido por Estados Unidos por cargos de terrorismo.
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“Es más preocupante la fuga de Crook, por todas las implicaciones políticas, diplomáticas y simbólicas que tiene, a que migren 100 pandilleros”, afirma Juan Martínez d’Aubuisson, antropólogo salvadoreño experto en pandillas.
Crook “salió con la intención de establecer nuevos puntos, nuevos focos y nuevos vínculos internacionales para la Mara Salvatrucha”, dijo el experto en comunicación con InSight Crime.
Sin embargo, los criminales no son los únicos que huyen de los arrestos generalizados en El Salvador: existen numerosos informes de detenciones arbitrarias de civiles. El temor a dichas detenciones ha llevado a muchas personas a abandonar sus hogares, como apunta Martínez d’Aubuisson.
“La estrategia de muchas personas para protegerse, y sobre todo para proteger a sus hijos en edades entre los 14 y los 20 años, es salir de El Salvador”, afirma el experto.