Unas doscientas mujeres fueron traficadas al extranjero por parte de una banda ubicada en São Paulo, Brasil, que fue descubierta gracias a que sus integrantes utilizaron una tarjeta de crédito clonada para comprar vuelos para las víctimas.
A finales de abril, las autoridades brasileñas llevaron a cabo la Operación Harem BR, que condujo al arresto de cuatro personas en diferentes ciudades del país, a la vez que un presunto cómplice fue detenido en Portugal, según la agencia oficial de noticias brasileña.
Al parecer, el grupo de traficantes utilizaba las redes sociales para buscar mujeres, incluso menores de edad, y las contactaba con ofertas de empleo falsas en empresas de venta de maquillaje y productos de belleza, como informó Globo.
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Casualmente, este grupo fue descubierto gracias a otra investigación sobre fraude con tarjetas de crédito, la cual detectó que se había utilizado una tarjeta clonada para comprar vuelos a Qatar para dos mujeres.
Los investigadores rastrearon a las dos mujeres, quienes revelaron que habían sido víctimas de tráfico sexual.
En mensajes divulgados por la policía a los medios de comunicación parece verse a uno de los sospechosos, Rodrigo Cotait, diciendo que podía "exportar mujeres" a Estados Unidos, Oriente Medio, Australia, China, Nueva Zelanda, Europa y Bolivia.
Las autoridades creen que el grupo quizá tenía conexiones con concursos de belleza, donde podían encontrar posibles víctimas. El 29 de abril, otra sospechosa, María de Fátima Abranches Castro, organizadora de un concurso de belleza regional, Miss Goiás, fue acusada de formar parte de la red de tráfico.
Una vez contactadas, las mujeres eran presionadas psicológicamente para que accedieran a viajar al extranjero durante unas semanas, donde eran obligadas a trabajar sexualmente, después de lo cual regresaban a sus hogares. Lo más preocupante de todo es que un sospechoso arrestado en Foz do Iguaçu, en el estado de Paraná, estaba supuestamente a cargo de traficar menores hacia Paraguay.
En 2018, la Operación Nascostos comenzó a investigar una sofisticada red de estafadores que clonaban tarjetas de crédito y documentos oficiales con los que se hacían pasar por jueces y funcionarios brasileños, con el fin de comprar vuelos internacionales para terceros sin ser cuestionados.
Análisis de InSight Crime
Si bien el tráfico sexual ha sido un problema recurrente en Brasil, este caso presenta dos detalles interesantes: el hecho de que algunas de las mujeres fueron enviadas a países latinoamericanos más pobres, y que viajaron al extranjero durante algunas semanas, pero al parecer pudieron regresar a sus hogares.
Como parte de una extensa investigación en la frontera de Brasil con Argentina y Paraguay, InSight Crime identificó varios puntos críticos de tráfico sexual. Los estados fronterizos de Mato Grosso do Sul, Paraná y Rio Grande do Sul, en Brasil, son centros de tráfico sexual, pero generalmente se trata de mujeres de Bolivia, Paraguay y Argentina que son llevadas a Brasil.
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Sin embargo, ha habido informes sobre redes que explotan a menores paraguayas y brasileñas en la popular ciudad turística de Foz do Iguaçu, en Brasil.
Además, muchas redes de tráfico sexual a gran escala envían a las mujeres al extranjero durante períodos mucho más largos y las obligan a trabajar para pagar las arbitrarias y exorbitantes deudas supuestamente adquiridas con sus traficantes.
En Venezuela, los traficantes también han seducido a muchas mujeres con ofertas de trabajo falsas, con el fin de enviarlas a Trinidad y Tobago, México y otros países, y un creciente número de ellas han sido asesinadas.
Un caso similar ocurrió en marzo de 2021, cuando un grupo de traficantes fue desmantelado en Uruguay después de que supuestamente enviaran al menos a 29 mujeres a España, donde al parecer permanecían cautivas y eran obligadas a ejercer trabajos sexuales para pagar las deudas de viaje, hospedaje y alimentación.