En el norte de Ecuador siguen encontrándose alijos de armamento militar, incluidas granadas y minas antipersona, un indicio de que los grupos armados colombianos siguen usando al país como puesto de avanzada estratégico.
En el hallazgo más reciente se reportaron 756 minas antipersona en la provincia fronteriza de Sucumbíos, según un comunicado emitido el 6 de octubre por las Fuerzas Armadas del Ecuador.
El hallazgo ocurrió en el cantón Lago Agrio, colindante con la frontera colombiana, y se dice que las minas eran de propiedad de las ex-FARC Mafia, una red con conexiones poco estructuradas de células que desertaron de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que acostumbran montar sus campamentos en Ecuador.
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Este fue solo el descubrimiento más reciente. En julio, las fuerzas armadas ecuatorianas hallaron un campamento supuestamente usado por combatientes ex-FARC en la provincia de Esmeraldas, al norte del país. Allí se encontraron colchones, cocinas y una libreta con registros de los movimientos del grupo.
Y en enero, se descubrió otro campamento en Esmeraldas, donde había una ametralladora, seis granadas de mano, cargadores y miles de rondas de munición.
Como respuesta, el Ejército reforzó sus operaciones a lo largo de la frontera colombiana en el mes de septiembre.
Análisis de InSight Crime
Los problemas de criminalidad en Ecuador están estrechamente ligados a los grupos armados de Colombia, por varias razones.
La primera es que, años atrás, Ecuador fue una zona segura para las operaciones de las guerrillas colombianas. Solo en 2010, Ecuador halló por lo menos 60 instalaciones vinculadas a las FARC, incluidos campamentos y laboratorios para el procesamiento de coca. En 2008, Ecuador incluso suspendió relaciones diplomáticas con Colombia después de que el Ejército de ese país bombardeara un campamento de las FARC al otro lado de la frontera.
En la actualidad, grupos de las ex-FARC Mafia que han tomado control del territorio de las FARC al sur de Colombia mantienen esa tendencia. A los Comandos de la Frontera, la disidencia más poderosa de las FARC en el departamento de Putumayo, al sur de Colombia, ya le han desmantelado varios campamentos en Ecuador.
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En segundo lugar, la crisis de seguridad en Ecuador —que incluye el alarmante aumento de los homicidios y las violentas tácticas de la guerra de pandillas— está motivada por la cocaína colombiana.
Las dos mayores pandillas de Ecuador, los Choneros y los Lobos, cobraron importancia con el trasiego de cocaína desde la frontera hasta los puertos ecuatorianos, como eslabón de la cadena entre los narcotraficantes colombianos y los carteles de drogas mexicanos.
La capacidad de Ecuador para enfrentar estos problemas por sí solo parece limitada. Siguen hallándose campamentos guerrilleros colombianos, y Ecuador se sitúa en tercer lugar entre los países con los mayores decomisos de cocaína en el mundo, después de Colombia y Estados Unidos.
Una apuesta segura para Ecuador puede ser la adhesión plena al plan de paz total del presidente colombiano Gustavo Petro, quien está ofreciendo acuerdos de paz negociados a más de dos docenas de grupos criminales, entre ellos los Comandos de la Frontera.