El gobierno de Jamaica ha anunciado planes para implementar nuevas medidas que aumentarían los castigos para quienes participan en las estafas de lotería, pues hasta la fecha no ha logrado detener esta actividad, que es una de las principales economías criminales de la isla.
En las próximas semanas, los funcionarios de la policía jamaiquina esperan que las amenazas adicionales, como incautación de activos y extradición a Estados Unidos, sean suficientes para cambiar el rumbo de la lucha contra los esquemas de estafa, que han afectado al país durante décadas.
Las estafas de lotería, también conocidas como fraude de costes anticipados, es un enorme negocio ilegal en Jamaica, que ha contribuido durante mucho tiempo a los terribles niveles de violencia del país y cada año les arrebata unos US$300 millones a las víctimas.
Como describe el Jamaica Gleaner, los estafadores se enfocan en personas vulnerables, generalmente ancianos estadounidenses, a quienes contactan por vía telefónica para anunciarles que han ganado un premio de lotería. Les dicen a las víctimas que, para acceder a sus ganancias, deben pagar un “cargo de procesamiento” y transferir dinero a los estafadores.
En el caso más sonado, en 2014, William Webster, exdirector de la Agencia Federal de Inteligencia (Federal Bureau of Intelligence, FBI), fue víctima de una estafa de ese tipo, en la que se le pedía pagar US$50.000 para recibir un auto y millones de dólares. El FBI usó esto para crear un video de advertencia dirigido a los estadounidenses mayores.
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Como respuesta a esta situación, la policía jamaiquina (Jamaican Constabulary Force, JCF) planea castigar a los estafadores de manera más agresiva. “Vamos tras sus activos”, le dijo a la prensa el comisionado adjunto de policía, Clifford Chambers.
El año pasado, a petición del Departamento de Estado de Estados Unidos, Jamaica promovió una enmienda a su ley de extradición, en la que relajaba algunos de los requisitos sobre la evidencia de primera mano usada en las audiencias de extradición. Los funcionarios estadounidenses expresaron su optimismo a los medios locales, pues consideraron que esto generaría un mayor volumen de extradiciones, y fortalecería las lucha contra las redes de estafadores.
Dos de esas extradiciones ya fueron aprobadas en los meses de marzo y abril, y uno de los acusados, Romario Murray, supuestamente enfrenta cargos por participar en una red que engañó a ancianos norteamericanos con estafas que ascienden a los US$300.000.
También, la JFC ha anunciado la creación de una línea directa anónima para denunciar a los estafadores, la cual ofrecería posibles recompensas por los arrestos efectuados; sin embargo, las autoridades denunciaron, al medio de comunicación Jamaica Gleaner, que la actividad está profundamente arraigada en el país.
Un funcionario reportó que “policías, maestros, políticos e incluso médicos están estafando. La ley actual se emitió de manera apresurada, pero no es más que pañitos de agua tibia, por lo que es muy poco lo que la policía puede hacer frente a las estafas de lotería”.
El dinero robado mediante estas estafas, en gran parte a ciudadanos estadounidenses, se ha relacionado con la compra de armas y municiones ilegales.
Análisis de InSight Crime
El anuncio del gobierno de que planea aumentar la presión sobre los estafadores es bien recibido, aunque ya es reiterativo en la isla.
Dicho crimen ha afectado a Jamaica desde principios de la década de 2000 y, dado que el país está mejorando sus servicios de internet de banda ancha, es posible que se expanda aún más. La Iniciativa Nacional de Banda Ancha, apoyada por Jamaica Public Service Company Limited, busca ofrecer acceso a internet a todos los hogares jamaiquinos para 2030.
La iniciativa que mejoraría la conectividad de los ciudadanos podría tener el indeseado efecto de expandir aún más las capacidades de los estafadores de lotería en todo el país.
Las redes de estafa han operado sobre todo en la región occidental de Jamaica, pero, según el Jamaica Gleaner, la policía afirma que estas organizaciones ya están migrando de los centros urbanos y están llegando a las áreas rurales.
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Dicha expansión es preocupante, si se tiene en cuenta el papel que las redes de estafa han desempeñado a lo largo de los años en el fomento de la violencia en el país. De hecho, en 2021 Jamaica volvió a ocupar el primer lugar en los listados de las tasas de homicidios en la región, debido en parte a las redes de estafa que se disputan las listas de contactos en esa economía ilegal.
La consolidación de dichas bandas preocupa a funcionarios jamaiquinos y estadounidenses por igual, dado que ello genera aumentos en su poder adquisitivo. El Jamaica Gleaner informó que, a medida que las bandas jamaicanas aumentan sus ingresos, también aumentan sus depósitos de armas.