Cuatro líderes indígenas han sido asesinados en la Amazonía peruana desde que el gobierno declaró el estado de emergencia por Covid-19, lo que indica los riesgos a los que se siguen enfrentando por oponerse a la tala ilegal, la minería y el narcotráfico, mientras el gobierno tiene la atención puesta en otros asuntos.

El 11 de septiembre, el cuerpo de Roberto Carlos Pacheco Villanueva fue hallado en Madre de Dios, una región en la selva amazónica donde él y su padre se habían opuesto durante mucho tiempo a la extensa minería ilegal de oro. La última amenaza contra su vida se había producido en abril, según un tuit de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú (CNDDHH), “pero las autoridades no hicieron lo suficiente para protegerlo”.

Pacheco Villanueva es el cuarto líder indígena asesinado en los siete meses transcurridos desde marzo, cuando el país declaró el estado de emergencia y las cuarentenas con el fin de controlar el coronavirus. Recientemente, el gobierno prolongó el confinamiento hasta finales de septiembre en algunas de las zonas más afectadas, según informó El Comercio.

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Lorenzo Wampagkit Yamil, quien se desempeñó durante ocho años como defensor de la tierra en la reserva Chayu Nain, fue asesinado en julio, y Gonzalo Pío Flores, jefe de la etnia asháninka, en mayo.

En abril, Arbildo Meléndez Grandes, jefe de la comunidad indígena Unipacuyacu, fue asesinado a tiros en Puerto Inca. Meléndez Grandes había intentado durante mucho tiempo que a las tribus se les asignaran los títulos de sus tierras, en los límites entre Ucayali y Huánuco, y luchó contra las actividades ilegales en la zona.

Las remotas tierras en los alrededores de Puerto Inca han sido invadidas por los cultivos ilegales de coca, como afirma Sandra Jesús Olivera Lara, asesora legal de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), refiriéndose al caso de Meléndez Grandes.

“Este caso está muy relacionado con el tráfico de terrenos y el narcotráfico”, dice Olivera Lara en un informe de Mongabay, medio especializado en temas medioambientales.

Análisis de InSight Crime

Los recientes asesinatos de líderes indígenas peruanos hacen pensar que la pandemia los ha dejado aún más vulnerables a los ataques de grupos criminales.

En Perú han sido asesinados 20 activistas medioambientales desde 2013, de los cuales 12 eran líderes indígenas de la región amazónica, según afirma OjoPúblico, con base en datos de la CNDDHH.

El último año en el que se registró una gran cantidad de asesinatos de activistas fue el 2014, cuando fueron asesinados cinco, cuatro de los cuales fueron abaleados cuando se dirigían a una reunión sobre la tala ilegal —una masacre que causó indignación internacional—. Durante los siguientes cinco años, fueron asesinados dos líderes indígenas.

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En ninguno de estos 12 asesinatos se ha castigado a los culpables, aunque este año los fiscales acusaron a cinco hombres de la industria maderera de la masacre de 2014. Un testigo clave en uno de los casos fue asesinado en 2018.

El vil asesinato de Pacheco Villanueva en Madre de Dios indica que la extracción ilegal de oro continúa igual de arraigada en la región, incluso después de los enormes esfuerzos del gobierno por expulsar a los mineros el año pasado. Los mineros regresaron recientemente a la región amazónica, amparados en los débiles controles y animados por los altos precios del oro.

El país latinoamericano en donde se han presentado más asesinatos de líderes sociales es Colombia, donde se registró la pasmosa cifra de 872 asesinatos entre enero de 2016 y septiembre de 2019. Según el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), solo en este año han sido asesinados aproximadamente 214 líderes sociales y defensores de los derechos humanos.