Antioquia vivió su cuarta masacre en lo corrido del 2021, esta vez en el municipio de Andes, suroeste del departamento. Detrás del suceso están Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), las tensiones de su expansión hacia el Pacífico y la conquista de nuevos mercados locales de droga.
En la madrugada del 16 de febrero fueron asesinados cinco hombres en una finca cafetera ubicada en el corregimiento de Tapartó, municipio de Andes, en el suroeste de Antioquia.
Tras el hecho, el ministro de Defensa, Diego Molano; el director de la Policía Nacional, mayor general Jorge Luis Vargas, y el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, encabezaron un consejo extraordinario de seguridad, en el que se solicitó la captura de alias “Erre”, “Barcelona”, “Sangre” y “El gato”, presuntos integrantes de las AGC, grupo a quien se responsabilizó de la masacre.
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Esta es la segunda masacre ocurrida en una finca cafetera del suroeste antioqueño en lo corrido del año. Durante el 2020, fueron perpetradas siete masacres en esta subregión del departamento de Antioquia, según Indepaz.
Análisis de InSight Crime
El suroeste antioqueño se ha convertido en un lugar codiciado por los grupos armados, no solo por su conexión estratégica hacia otras regiones, sino por el mercado que representa para las rentas del microtráfico la temporada de cosecha cafetera en esta subregión del departamento.
Año a año, entre los meses de septiembre y noviembre llegan aproximadamente 80.000 recolectores de café de diferentes partes al departamento de Antioquia, con el fin de ganar dinero a partir del trabajo en las fincas cafeteras.
Aparentemente, las masacres en el suroeste antioqueño se han dado en el marco de la confrontación entre las bandas asociadas a las AGC y a la Oficina de Envigado, precisamente por el control de los expendios de droga.
Según la alerta temprana 044-20, publicada por la Defensoría del Pueblo en agosto de 2020, el riesgo en el que se encuentran los municipios de Ciudad Bolívar, Salgar, Betania, Hispania, Andes y Jardín reside en las disputas por el control de las plazas de microtráfico en fincas cafeteras.
Para el director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), Fernando Quijano, aparte de las disputas por el microtráfico, en el suroeste antioqueño existen tensiones asociadas al proceso de expansión de Los Urabeños en este territorio, el cual resulta clave para el desarrollo de la confrontación armada que llevan con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Chocó, por las rutas hacia el Pacífico colombiano.
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En conversación con InSight Crime, Carlos Zapata, coordinador del Observatorio en Derechos Humanos y Paz, del Instituto Popular de Capacitación (IPC), señaló que las AGC buscarán mantener la ruta, pero también están interesadas en vender droga localmente. Asimismo, agregó el investigador, los otros grupos en la zona tratarán de hacer lo propio.
"Van a expandir clientela local, pero también están disputando las rutas que han controlado desde hace más de 20 años hacia el Pacífico", comentó Zapata.
Ya sea debido a una disputa interna entre las bandas o a tensiones entre las AGC y la Oficina de Envigado, los hechos del último año han dejado en evidencia que la estrategia de expansión de las AGC por el control del suroeste antioqueño no está dando los resultados esperados.
La búsqueda de nuevas rutas hacia Chocó parece dejar una debilidad por la consolidación territorial, que no le ha permitido al grupo construir las alianzas necesarias para adelantar su ruta, mientas continúa su lucha con el ELN al noroccidente del departamento de Antioquia.