Más de 100 personas que se autodenominan milicianos de las FARC se han entregado a las autoridades de Colombia, lo que plantea la pregunta acerca de cómo incorporar adecuadamente a este segmento de la guerrilla al actual proceso de desmovilización.
El 27 de marzo, 117 personas que dijeron ser milicianos de la columna móvil Daniel Aldana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se entregaron a funcionarios del ejército en la ciudad de Tumaco, situado en el extremo suroccidental de Colombia. Estaban uniformados y cargaban armas y equipos de comunicación, que entregaron a las autoridades, informó El Espectador.
El ejército anunció que intentará determinar si las personas son de hecho milicianos de las FARC. Según El Espectador, los dirigentes del grupo guerrillero tomarán su propia decisión frente al mismo tema. La mayoría de los miembros de las FARC se encuentran reunidos en las 26 zonas de concentración que fueron establecidas como resultado del acuerdo de paz entre la guerrilla y el gobierno colombiano, que fue ratificado por el Congreso el pasado mes de noviembre. Los milicianos de las FARC no estaban obligados a entrar en las zonas de concentración, pero debían registrarse frente al Estado para ser parte del proceso de desmovilización.
Los presuntos milicianos se entregaron después de un diálogo con líderes comunitarios de Tumaco, informó la agencia colombiana de noticias Colprensa.
A comienzos del año, 117 miembros de la columna móvil Daniel Aldana declararon que estaban en contra el proceso de paz, y desde ese momento fueron considerados disidentes.
Análisis de InSight Crime
Los milicianos realizan varias funciones para las FARC, y a veces operan de manera independiente, lo que hace difícil determinar quién es y quién no es un miliciano. Las estimaciones varían ampliamente: el gobierno dice que hay entre 2.000 y 7.000 milicianos, pero la organización no gubernamental colombiana Fundación Paz y Reconciliación ha señalado que hay cerca de 13.000. Aunque a las milicias se les exigió registrarse para tener acceso a los beneficios judiciales otorgados por el acuerdo de paz, podría haber miles de milicianos todavía sin registrarse.
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La dificultad de identificar a los miembros de las milicias se complica aún más en un lugar como Tumaco, donde varios grupos armados se enfrentan por el control de las rutas de las drogas. Según El Espectador, las FARC se sorprendieron por la noticia de que los milicianos se habían entregado, y sospechan que podría tratarse de miembros de una organización criminal que se están haciendo pasar por milicianos.
Dado el tamaño de las milicias de las FARC, identificar a estas personas e integrarlas al proceso de desmovilización será una tarea ardua pero fundamental para las autoridades, así como para el grupo guerrillero, si esperan hacer una verdadera ruptura con el pasado.