La extorsión a pequeñas empresas en El Salvador está empeorando, pese a la paz entre las pandillas del país, según grupos empresariales, y es el factor principal detrás del cierre de un promedio de dos negocios a la semana.
Alrededor del 70 por ciento de las 11.730 empresas registradas en el Consejo Nacional de la Pequeña Empresa (CONAPES) reportó haber sido extorsionado por pandillas, según el director del grupo Ernesto Vilanova.
Federico Hernández, Presidente de la Cámara de Comercio de El Salvador, confirmó que la práctica está muy extendida, y dijo que la extorsión, junto con el retraso del pago del gobierno a los contratistas a tiempo, es el factor principal detrás del aumento de los cierres de pequeñas empresas y microempresas - clasificadas como empresas que contratan entre una y 50 personas -.
Hernández dijo que la Cámara había registrado una rápida aceleración en el número de empresas obligadas a cerrar en los últimos cinco meses, y que la situación era peor ahora que en algún momento del período de cuatro años que estuvo al frente de la organización.
Según Vilanova, pese a la tregua entre las dos pandillas que están detrás de la mayoría de la extorsión, la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, hay poco optimismo en la comunidad empresarial de que la situación vaya a mejorar. "(…) eso nunca se va a acabar", dijo. " Capturan a tres, pero andan miles de ellos".
Análisis de InSight Crime
Los comentarios hechos por las dos organizaciones empresariales salvadoreñas destacan el paralizante impacto económico de la extorsión, especialmente en las economías en desarrollo, donde la mayoría de las oportunidades de empleo se encuentran en las empresas pequeñas y las microempresas.
De forma preocupante, también añaden peso a los informes que señalan que desde el comienzo de la tregua entre pandillas, lejos de conducir a una reducción, se ha visto realmente un aumento de la extorsión.
Aunque no es un consuelo para las empresas salvadoreñas forzadas a cerrar, la situación podría ser mucho peor. En la vecina Honduras, se estima que 17.500 pequeñas empresas se vieron obligadas a cerrar a causa de la extorsión en el último año. En 2012, se informó que aproximadamente el 30 por ciento de las pequeñas empresas en la ciudad capital de Tegucigalpa se vieron obligadas a cerrar debido a la extorsión.