Una investigación interna afirma que 81 policías de Honduras, entre los que se encuentran oficiales de alto rango, han estado trabajando para un líder de la MS13 y participaron en terribles crímenes, como la masacre de 12 personas en un salón de billar.
Ninguno de los oficiales en cuestión ha sido acusado por los presuntos crímenes. El informe dice que ocho de los oficiales fueron participantes activos en la masacre del salón de billar el 5 de marzo, la cual le fue atribuida a la Mara Salvatrucha (MS13), informó El Heraldo, que obtuvo una copia de la investigación presentada a comandantes de policía hace cuatro meses. La masacre ocurrió en Coyagüela, que se encuentra al otro lado del río de la capital hondureña, Tegucigalpa.
El informe fue redactado por el Sistema Estratégico de Recolección, Cotejamiento, Análisis y Archivo de Información (SERCAA) de la policía. Este sistema, conformado por unos 253 oficiales, es una unidad de inteligencia policial élite y entrenada en el extranjero, que fue establecida para combatir a las organizaciones narcotraficantes.
El grupo de 81 oficiales de policía mencionados en el informe fueron supuestamente contratados por el líder de la pandilla MS13 David Elías Campbell Licona. Las fuerzas de seguridad recientemente llevaron a cabo una redada para capturar a Campbell Licona en el barrio Río Piedras de San Pedro Sula, pero El Heraldo informó que “sin ninguna explicación lógica, la acción resultó en un fiasco.”
Entre los oficiales nombrados en el informe se encuentran varios comisionados de la Policía Nacional y subcomisionados. De los 38 oficiales de alto rango implicados, uno está retirado, 17 fueron despedidos como parte de la reciente depuración adelantada por una comisión de depuración, seis habían sido expulsados previamente de las fuerzas de seguridad, cuatro han sido declarados inhabilitados pero continúan en sus cargos, uno está actualmente suspendido, ocho están activos en su servicio, y se desconoce el paradero de uno más. De los 43 oficiales sin rango, siete han sido retirados de sus cargos por la comisión de reforma y el resto siguen activos, informó El Heraldo.
Análisis de InSight Crime
La Policía Nacional ha sido asociada desde hace mucho tiempo con el crimen, la corrupción y la violencia en Honduras. Sin embargo, esta es la primera vez que se acusa a oficiales de alto rango de trabajar con las pandillas callejeras violentas que abundan en el país.
La policía ha sido acusada de trabajar con organizaciones narcotraficantes en el país. En 2016, se descubrió que varios oficiales de policía estuvieron implicados en narcotráfico de alto nivel y fueron extraditados a Estados Unidos para comparecer en juicio. Además, 18 de los oficiales de policía de alto rango nombrados como colaboradores de la MS13 fueron implicados en la muerte del zar antidrogas del país en 2010 y la muerte de su ayudante dos años después, informó El Heraldo.
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En los últimos meses, Honduras ha presenciado una reforma sin precedentes por medio de la tan alabada depuración policial y comisión de reforma que despidió a más de 620 oficiales y envió a más de 500 a la Fiscalía General para su posible enjuiciamiento. La Fiscalía General respondió la semana pasada creando una unidad especial para revisar las acusaciones en contra de la policía.
Ninguno de estos oficiales ha sido acusado, a pesar del hecho de que la investigación interna terminó hace cuatro meses y que la comisión de depuración se formó en abril debido a las acusaciones sobre la existencia de escuadrones de la muerte controlados desde cuarteles generales de la policía. El hecho de que el proceso de reforma no haya pasado del marco político al ámbito legal plantea cuestiones sobre la voluntad de los funcionarios para enjuiciar a oficiales corruptos. Queda por verse si la iniciativa de la reforma dará como resultado un cambio sustentable de las instituciones disfuncionales.