La más reciente acusación formal contra Joaquín “El Chapo” Guzmán en una corte de Nueva York ilustra lo desesperados que están los fiscales de Estados Unidos por poner sus manos sobre el infame capo narcotraficante de México.
La acusación contra el Chapo y su socio, otro líder del Cartel de Sinaloa, Ismael Zambada García alias “El Mayo”, fue presentada el 25 de septiembre de este año (PDF). Incluye más de 20 cargos por asesinato, conspiración para cometer homicidio e intento de homicidio de informantes, miembros de carteles rivales y funcionarios y policías mexicanos.
Sin embargo, hay pocos detalles sobre los homicidios, con algunas de las víctimas siendo llamadas “miembros de los Zetas” (o de otras organizaciones criminales) y no presenta información sobre dónde o cuándo ocurrieron, o sobre cómo Guzmán o Zambada estuvieron específicamente vinculados a los casos.
La última formulación de cargos representa un importante paso frente a otra acusación que tuvo lugar en 2009 (PDF) firmada por la misma fiscalía, que únicamente hace alusión a los cargos por tráfico de drogas, pero que no hace mención sobre ningún homicidio. Además, la nueva formulación de cargos incluye cargos por tráfico de marihuana, metanfetamina y heroína, los cuales no habían sido incluidos en el documento anterior, y contiene más detalles sobre las fechas y las incautaciones de los cargamentos de drogas.
Análisis de InSight Crime
La pelea por llevar al Chapo a una corte de Estados Unidos comenzó inmediatamente después de su captura en febrero. El capo actualmente está recluido en una prisión de alta seguridad, mientras que el Mayo todavía está en libertad.
La formulación de cargos de la corte de Nueva York pone la vara alta, y demuestra lo politizada que se ha vuelto esta posible extradición para Estados Unidos. (Vea la evaluación de InSight Crime sobre la batalla política de México aquí). Al aumentar los cargos contra los principales narcotraficantes como el Chapo, las cortes de Estados Unidos no pretenden más que pasar encima de las otras para ganar el crédito por los casos de extradición, y así aumentar su prestigio.
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Fuentes anónimas dijeron al New York Daily News que si el Chapo alguna vez es entregado a Estados Unidos, esperarían que Nueva York fuera su destino. Los cargos por homicidio pueden ser una manera de atraer más atención a los esfuerzos de los fiscales de Nueva York para que esto suceda. Pero los cargos proporcionan poca información –sobre quién, cómo y dónde- haciendolos parecer, sobre todo, políticos.
Un ímpetu político similar se pudo ver en la Comisión de Crimen de Chicago, y en la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), cuando denonimaron al Chapo el “enemigo público número uno”. Las autoridades locales y federales señalaron a InSight Crime que a pesar de que él es el responsable de suministrar una gran cantidad de drogas a la ciudad de Chicago, su organización no es la responsable de la violencia en esa ciudad.
No todos los fiscales son tan políticos de una forma tan abierta. Una acusación en 2012 en una Corte Distrital de Texas, en la división de El Paso (PDF) también acusó a el Chapo y a varios de sus socios por homicidio. Sin embargo, el documento de El Paso presentó datos específicos sobre cómo un sicario del Cartel de Sinaloa había llevado a cabo dos crímenes en particular, en lugar de hacer alegaciones generales.
Lo irónico es que incluso con todas estas fiscalías de Estados Unidos –siete en total- compitiendo por el Chapo, lo más probable es que nunca llegue a ser extraditado.