Las estadísticas de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) de Río de Janeiro muestran una caída en las tasas de homicidio de los barrios marginales donde la UPP hace presencia, aunque otros delitos han aumentado.
Según las estadísticas dadas a conocer por el Instituto de Seguridad Pública (ISP) de Brasil y la Coordinación de la Policía Pacificadora de Río de Janeiro, sobre 30 de las llamadas "favelas" de la ciudad en donde operó la UPP, el número de homicidios entre 2012 y 2013 se redujo un 26,5 por ciento, de 36 a 49, informó Folha de São Paulo. El asalto a mano armada también disminuyó un 14 por ciento.
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Sin embargo, el robo en la calle aumentó un 7 por ciento, registrándose 213 casos en 2013, mientras que el robo de vehículos aumentó un 5,8 por ciento. El número de incautaciones de drogas también aumentó en un 23,2 por ciento.
Análisis de InSight Crime
Es difícil saber por qué algunos crímenes suben mientras otros bajan, pero para Río ésta es una buena señal. En el mejor de los casos, esto significa que la delincuencia común está reemplazando las operaciones criminales más grandes. En el peor escenario, es un periodo de calma temporal.
Las UPPs han sido un asunto polémico desde sus inicios en 2008. Aunque fue bien recibida por algunos, el uso generalizado de la violencia excesiva ha provocado protestas masivas entre los ciudadanos y la reprobación internacional. El ISP también ha informado que el número de muertes relacionadas con la policía ha aumentado un 69 por ciento entre 2013 y 2014, mientras que el 80 por ciento de los brasileños teme sufrir tortura bajo arresto, según Amnistía Internacional.
También ha habido informes constantes sobre el aumento de la delincuencia callejera. Según cifras oficiales, en 2013 los atracos en Río de Janeiro aumentaron un 19 por ciento en comparación con el año anterior, incluyendo un aumento del 49 por ciento en las zonas turísticas.
Pero el proyecto de pacificación también ha sido reconocido por lograr una caída del 65 por ciento en los homicidios y por hacer algo que ningún programa había hecho antes: establecer una presencia permanente de la policía en las favelas.
Sin embargo, hay denuncias de que hay poca o ninguna vigilancia en la noche. Es más, como InSight Crime destacó en un informe reciente, Brasil no ha logrado abordar los problemas sociales que se encuentran en el centro de la delincuencia. Algunos críticos van más allá, afirmando que el reciente aumento en los esfuerzos de seguridad del Estado no son más que una artimaña de relaciones públicas antes de la Copa Mundial.