Un allanamiento a un “supermercado” de armas en Paraguay ha llevado a los agentes a divulgar detalles sobre las maniobras internas del negocio de armas en el país, describiendo una amalgama conocida de corrupción, robo de armas del ejército y armas compradas legalmente en Estados Unidos.
El 9 de marzo, las fuerzas de seguridad descubrieron un arsenal de armas de grueso calibre en un allanamiento hecho a una casa en Asunción, capital de Paraguay; entre ellas se hallaban ametralladoras, rifles de asalto y armas perforadoras de blindaje, reportó ABC. Hasta ahora hay tres personas bajo custodia en la investigación.
Luego del allanamiento, el ministro de las fuerzas antinarcóticos de Paraguay, que participó en la operación, reveló las principales fuentes de armas del mercado negro en Paraguay, informó Hoy. Según Luis Rojas, la mayoría de las armas ilegales usadas por los criminales provienen de Bolivia, Argentina y Estados Unidos.
Las armas de Bolivia y Argentina por lo general son robadas a la policía y el ejército y luego se pasan de contrabando a Paraguay, indicó Rojas. Las armas de Estados Unidos, entre tanto, se compran legalmente y se desarman para pasarlas ilegalmente a Paraguay ocultas en cargamentos de productos legales. Los compradores de armas de Estados Unidos por lo general pagan entre US$800 y US$1.000 y luego las venden a los grupos criminales hasta por US$20.000, añadió.
Según Rojas, los funcionarios públicos están muy involucrados en el negocio, aunque no dio nombres ni mayores detalles, sobre las ramas del estado a las que se refería.
Análisis de InSight Crime
La descripción de Rojas sobre el tráfico de armas en Paraguay refleja dinámicas similares a las que se observar en mucha parte de Latinoamérica.
Las armas robadas a la policía y el ejército constituyen una fuente importante de las armas usadas por las organizaciones criminales e insurgentes que operan en la región, incluyendo El Salvador, Honduras, Colombia, Perú y Venezuela. Como se dejó entrever en Paraguay, miembros corruptos de las fuerzas de seguridad o de organismos gubernamentales son los actores del robo y el comercio de armas militares.
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Estados Unidos es también una fuente provisión de armas muy usada, dadas sus laxas regulaciones sobre control de armas de fuego, lo que permite comprar incluso armas de asalto de grueso calibre con mínima supervisión. Dichas armas se contrabandean por la frontera para ingresarlas a México, donde o quedan en manos de los carteles o se trafican a destinos como Centroamérica y Colombia.