El ministro de Seguridad de Panamá ha señalado que el gobierno podría extender el período de amnistía de un mes que ha llevado al desarme de más de 1.000 pandilleros, aunque el programa no es una solución duradera para el problema de las pandillas en el país.
Más de 1.100 pandilleros han aprovechado el periodo de amnistía para desarmarse y comenzar el proceso de reinserción en la sociedad, informó Panamá América. Aunque la amnistía -que fue anunciada el 1 de julio por el presidente entrante, Juan Carlos Varela- técnicamente termina hoy, el ministro de Seguridad, Rodolfo Aguilera Franceschi, declaró que después de agosto 1 continuarán aceptando a los miembros de las pandillas que quieran participar en el programa.
Con el fin de implementar el programa de reinserción, la administración de Varela ha creado cinco comisiones destinadas a desarmar a 4.500 miembros de pandillas, informó La Estrella. Se espera que los pandilleros se inscriban en cursos técnicos para obtener puestos de trabajo.
Análisis de InSight Crime
En los últimos años Panamá ha visto una explosión en la actividad de las pandillas. Entre 2007 y 2012, la cantidad de miembros de pandillas se ha más que cuadruplicado, pasando de 1.385 a un estimado de 7.500. Según un reciente informe (pdf) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en 2013 operaban en Panamá alrededor de 355 pandillas diferentes.
Dada la ubicación estratégica de Panamá como un punto de transbordo en las rutas de la droga que se dirigen hacia el norte desde Colombia, existe el riesgo de que las pandillas callejeras puedan eventualmente dar el salto hacia grupos criminales organizados más sofisticados e incluso hacia organizaciones transnacionales. La investigación de campo de InSight Crime ha indicado que algunas pandillas ya trabajan con grupos criminales transnacionales colombianos, protegiendo cargamentos de droga en Ciudad de Panamá y Colón. Según La Estrella, las organizaciones transnacionales también pagan a las pandillas panameñas para transportar cargamentos de droga.
El período de amnistía de un mes parece haber tenido un éxito considerable en facilitar el desarme de las pandillas. Hasta el momento, cerca del 15 por ciento de los miembros de las pandillas del país han aprovechado el programa, y es probable que esa cifra aumente si el período de amnistía se extiende. Sin embargo, existe poca probabilidad de que el desarme vaya a proporcionar una solución duradera al problema de las pandillas en el país. Según un informe de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, muchos pandilleros no se atreven a aprovechar los programas del gobierno, ya que tienden a ser temporales, mientras que las actividades de las pandillas proporcionan una fuente constante de ingresos.
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En otras partes de la región, las autoridades han implementado soluciones alternativas a la violencia relacionada con las pandillas obteniendo un éxito limitado. El Salvador negoció una tregua entre pandillas en 2012, que inicialmente condujo a un descenso en los homicidios, pero finalmente fue declarado un fracaso cuando la violencia entre las pandillas volvió a los niveles anteriores. Belice creó un programa de tregua entre pandillas en 2011, el cual proporcionó oportunidades de trabajo para los pandilleros, pero el programa se terminó cuando la financiación se agotó en 2012.