La Interpol ha advertido que los traficantes de drogas podrían aprovechar la ampliación del Canal de Panamá, lo cual recuerda el papel crucial, aunque con pocos registros oficiales, que desempeña el transporte marítimo en el comercio global de drogas.
“La reciente ampliación del Canal de Panamá trae nuevas oportunidades para el país, pero también abre nuevas oportunidades para los criminales”, dijo el secretario general de Interpol Jürgen Stock, en la inauguración de la Conferencia Regional de las Américas de la Policía Internacional en Ciudad de Panamá.
La ampliación del canal, con un costo de US$5,2 mil millones, que se inició el mes pasado, ha duplicado la capacidad del canal para recibir contenedores. Ahora se espera que el 6 por ciento del comercio mundial que ya pasa a través del canal experimente un aumento significativo.
En su intervención en el mismo evento, el director de la policía de Panamá, Omar Pinzón, dijo que la policía estaba lista para los nuevos retos que este aumento representa.
“Panamá es una plataforma enorme para el comercio mundial y, por ello, no se descarta que los buques que pasen por el canal sean empleados por las bandas criminales, pero estamos preparados para lo que venga”, dijo Pinzón.
Análisis de InSight Crime
Si bien lo que llama la atención de los titulares son los narcosubmarinos, los vuelos clandestinos cargados de drogas y las ingeniosas técnicas utilizadas por las llamadas “mulas”, el menos llamativo comercio marítimo de carga es una parte esencial del comercio global de drogas.
Según el Programa Global de Control de Contenedores de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUCDD), alrededor del 90 por ciento del comercio mundial utiliza contenedores marítimos, pero de los 500 millones que circulan cada año, menos del 2 por ciento son inspeccionados.
Esto representa una oportunidad para los narcotraficantes latinoamericanos, especialmente para aquellos que intentan llegar a mercados lejanos como Europa o Asia. Y los narcotraficantes no son los únicos que se benefician; lo hacen además las redes que transportan bienes de contrabando y mercancías falsificadas.
Tratar de reducir estas posibilidades ha resultado ser difícil y costoso para las autoridades de todo el mundo, especialmente porque los narcotraficantes desarrollan maneras cada vez más innovadoras para ocultar sus drogas entre las mercancías legales.
“La dependencia global del comercio marítimo, junto con los sofisticados métodos de camuflaje empleados por los narcotraficantes o los falsificadores, así como las diversas rutas de tráfico, dificultan el éxito de los programas de intervención e interceptación”, señala la ONUCDD.
Panamá es uno de los 20 países que en todo el mundo han establecido una Unidad Conjunta de Control Portuario con la ONUCDD; según EFE, en los últimos siete años esta unidad ha incautado 25 toneladas de droga oculta en contenedores.
Sin embargo, incluso con la ayuda internacional, la magnitud del tráfico marítimo a través del canal significa que las autoridades panameñas enfrentan una tarea casi imposible. Y como lo señala Interpol, entre más comercio pase por el canal, mayores son las posibilidades a favor de los narcotraficantes.