Argentina ha aprobado la creación de una unidad especial para facilitar la lucha contra el narcotráfico, a medida que el gobierno busca hacer frente a la rápida evolución y a la creciente sofisticación del comercio de drogas del país.
La Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico, aprobada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se encuentra adscrita al Ministerio de Seguridad, y servirá como el órgano que coordina las fuerzas de seguridad nacional en la lucha contra el narcotráfico, informó La Nación. Nicolás Dapena Fernández, abogado de la provincia (departamento) de Salta, dirigirá la nueva entidad.
Una función central de la oficina será coordinar el constante intercambio de información sobre las investigaciones relacionadas con drogas entre las cuatro fuerzas federales de seguridad -Policía Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía de Seguridad Aeroportuaria. En la actualidad, cada uno de estos cuerpos tiene su propio sistema para analizar casos relacionados con drogas, y es poca la información que se comparte entre ellos.
La oficina también estará encargada de definir claramente las funciones antidrogas de cada una de las cuatro fuerzas de seguridad. Una de las propuestas es que a la gendarmería y a la marina se les asignaría la responsabilidad de las investigaciones relativas a las drogas orgánicas, cocaína y marihuana, mientras que la policía estaría encargada de las redes de drogas sintéticas.
Todavía se espera que las fuerzas policiales provinciales sean las encargadas de combatir las redes locales de venta de drogas.
Análisis de InSight Crime
La creación de la nueva oficina antidrogas, llega en un momento en que el crecimiento del comercio de drogas de Argentina ha llevado a los funcionarios a reconocer públicamente la gravedad del problema del crimen organizado en el país.
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A medida que los carteles de droga mexicanos profundizan sus raíces, y que el tránsito a través del país incrementa, se ha producido un aumento simultáneo en los "clanes narco" independientes, que controlan las redes de distribución locales, y que, según La Nación, tienen similitudes con los grupos narcotraficantes bolivianos. Algunos de estos clanes han mostrado señales de sofisticación, dirigiendo redes de sicarios, amenazando a funcionarios públicos y a periodistas, e involucrarandose en la producción de drogas.
Uno de ellos, Los Monos, se encuentra entre los aparentes responsables de la creciente violencia en la ciudad nororiental de Rosario durante 2013, debido a los enfrentamientos entre pandillas por el control territorial para la venta de drogas.
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, pese a las reformas policiales, los esfuerzos antidrogas de Argentina continúan sufriendo de una falta de coordinación, tanto a nivel federal como provincial -algo a lo que esta última medida apunta claramente. Sin embargo, también será necesario hacer frente a las debilidades institucionales, y a la corrupción en particular, para que esta estrategia sea eficaz.