Las autoridades en el norte de Argentina incautaron un vehículo que transportaba 25 toneladas de carbonato de sodio, un precursores químico, resaltando los vínculos entre uno de los principales productores de precursores en la región, Argentina, y el centro de procesamiento de cocaína, Bolivia.
Los guardias fronterizos en San Antonio de los Cobres, provincia de Salta, descubrieron el enorme cargamento después de parar un camión que se dirigía hacia Bolivia el 17 de septiembre, informó La Nación.
Este es el segundo descubrimiento importante de carbonato de sodio –una sustancia controlada en Argentina– en este cruce fronterizo en menos de un mes, luego de que los guardias fronterizos interceptaran dos camiones que transportaban un total de 40 toneladas de la sustancia química en agosto.
Análisis de InSight Crime
Argentina es uno de los principales productores de precursores químicos de la región, que son utilizados en la producción de cocaína, así como uno de los mayores mercados para las drogas en el continente, al igual que un popular punto de partida para la cocaína con rumbo a Europa.
Es casi seguro que el destino de los químicos incautados en este caso fuera Bolivia, donde no sólo se produce coca y se procesa la cocaína, sino también es a donde llega la pasta base de cocaína en aviones desde Perú. Una vez procesada, la cocaína y la pasta base de cocaína es transportada hacia los grandes mercados y plataformas de exportación, de Argentina y Brasil.
No obstante, hay indicios de que las operaciones de procesamiento de cocaína se están llevando a cabo cada vez más en Argentina, evidenciado con la reciente incautación de más de 300 kilos de cocaína y base de coca, y grandes cantidades de precursores químicos, en un laboratorio cerca de Rosario.
Al mover las operaciones a Argentina, los traficantes se acercan a la fuente de los productos químicos, los cuales ya dejarían de ser potencialmente confiscados en los controles fronterizos, así como a los mercados internos de Argentina y sus rutas de tráfico internacional.
El aparente aumento de las operaciones de procesamiento de cocaína son sólo una muestra más de la creciente influencia del narcotráfico en el país, el cual se ha convertido en los últimos años en un paraíso para los narcotraficantes internacionales y, en la actualidad, está experimentando una subida en la violencia relacionada con los conflictos criminales sobre el tráfico de drogas.