El arresto y la pronta liberación en Nicaragua de una figura de la oposición política hondureña con presuntos vínculos criminales ilustran la compleja intersección del crimen organizado y la política en Centroamérica.

Según La Prensa, el 3 de julio las autoridades nicaragüenses detuvieron al ganadero hondureño Ulises Sarmiento junto a su esposa y cuatro de sus hijos, sólo para dejarlo en libertad al día siguiente —aunque algunos miembros de su familia permanecieron bajo custodia policial—.

La familia Sarmiento estaría buscando asilo político en Nicaragua, donde afirman que son víctimas de una persecución política por parte del gobierno hondureño, debido a su relación con el partido político de izquierda Libertad y Refundación (LIBRE). Rafael Sarmiento, uno de los hijos de Ulises, es candidato al Congreso por ese partido.

Los miembros de la familia también manifestaron que su apoyo al expresidente hondureño Manuel Zelaya los ha convertido en un blanco de la administración actual de Juan Orlando Hernández. Zelaya apoyó la petición de asilo de la familia y condenó fuertemente su arresto.

Sin embargo, la explicación de por qué las autoridades detuvieron a Sarmiento aún no es clara. Durante años han existido rumores sobre sus presuntas conexiones con el crimen organizado. Su esposa fue asesinada de manera brutal en 2013; y su sobrino, el alcalde de una importante ciudad, fue arrestado en junio por cargos relacionados con tráfico de armas. Sarmiento ha sido objeto de varios intentos de homicidio, pero integrantes de su familia le han dicho a InSight Crime que la naturaleza de estos ataques sería política y no criminal.

En al menos un informe se afirma que la familia fue detenida por las autoridades nicaragüenses y hondureñas, pero las autoridades de Honduras insistieron posteriormente en que no habían solicitudes de arresto contra la familia en el país y negaron la existencia de una persecución política.

Análisis de Insight Crime

Si bien es posible que Sarmiento y su familia sean fugitivos políticos, o que estén involucrados en actividades criminales, también puede que ambas cosas sean ciertas; y en ocasiones diferenciarlas puede ser una tarea casi imposible en Centroamérica.

El apoyo de Sarmiento al expresidente Zelaya —se rumora que lo ayudó a regresar a Honduras luego de que fuera expulsado durante el golpe de Estado de 2009—es de conocimiento público, y su apoyo financiero al partido también.

Es más, las conexiones de Sarmiento con la izquierda se remontan al menos a los años setenta, cuando ayudó a sandinistas hondureños brindándoles refugio y apoyo logístico y financiero.

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Sin embargo, Sarmiento y su familia han sido acusados de mantener vínculos con el narcotráfico desde hace años y presuntamente hacen parte de una red que transporta drogas por Honduras. Olancho, el departamento natal de Sarmiento, es bien conocido por ser un caldo de cultivo para los traficantes de drogas y por los ganaderos que permiten a los aviones cargados de drogas aterrizar en sus vastos terrenos.

No obstante, la confusión detrás de la captura de Sarmiento en Nicaragua demuestra la dificultad que existe a la hora de distinguir entre casos de persecución política e investigaciones criminales legítimas en Honduras —un país donde las élites políticas han estado involucradas en el crimen organizado en repetidas ocasiones—.