El decomiso de un rudimentario libro de contabilidad de una presunta integrante de la MS13 en El Salvador permite aclarar algo de las transacciones financieras del grupo y sus prioridades.
Las autoridades salvadoreñas hallaron los documentos luego de la captura de una presunta integrante de la pandilla, informó El Diario de Hoy.
La detenida, una mujer cuyo nombre no se divulgó, pero que responde al alias de "La Chacala", fue arrestada en San Sebastián, municipio en el departamento central de San Vicente. Las autoridades creen que ella hace parte de una facción de la MS13 que opera en el departamento de Cuscatlán.
En el desarrollo del operativo que condujo a su captura, los cuerpos de policía incautaron varias libretas donde estaban registrados los gastos hechos por el grupo en abril de 2016. Esos documentos reflejan gastos de la pandilla por más de US$3.000 obtenidos de extorsiones a negocios locales y empleados de transporte para la compra de municiones, reparación de motocicletas, pago de datos para teléfonos móviles y diálisis para un sospechoso de pertenecer a la pandilla.
Al momento de la detención, las autoridades también confiscaron tres teléfonos móviles y poco menos de una libra de marihuana. Según El Diario de Hoy, La Chacala debe responder por acusaciones de homicidio y extorsión.
Análisis de InSight Crime
Varias cosas llaman la atención en los documentos, parte de los cuales puede consultarse en el sitio web de El Diario de Hoy. En primer lugar, son minúsculas sumas de dinero que maneja una organización precaria como la MS13, y otras pandillas. Las "ganancias" son del orden de los cientos de dólares mensuales de cada fuente, mientras que los "gastos" en su mayoría no superan unos pocos miles.
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En segundo lugar, la pandilla está gastando un alto porcentaje de sus ingresos en material bélico. Es difícil decir si esto es normal dado que se carece de información mensual para comparar, pero los más de US$1.000 invertidos en municiones sí parecen una gran suma de dinero en relación con los ingresos. Esto podría indicar que se preparan para la guerra.
En tercer lugar, la pandilla actúa como una empresa: pagan para reparar o reemplazar infraestructura y cubrir costos de procedimientos médicos.