Las autoridades de Guatemala capturaron a dos sospechosos vinculados a una presunta red criminal dirigida por una poderosa familia política de Honduras, el más reciente suceso en un caso que da muestras de la complicada relación entre el crimen organizado y la política en Centroamérica.
El 18 de agosto, las autoridades guatemaltecas —utilizando información de una agencia de inteligencia norteamericana que aún no ha sido identificada— arrestaron a los hondureños Juan Antonio Salgado Sarmientos y Alcides Moreira Zambrano, informó El Heraldo. Los dos hombres son sospechosos de prestar apoyo financiero a Iván Padilla, un presunto narcotraficante hondureño vinculado a una red criminal dirigida supuestamente por los Sarmiento —una reconocida familia dedicada a la política y la ganadería en Honduras.
En julio, inteligencia de la policía hondureña afirmó que tenía pruebas que vinculan a miembros de la familia Sarmiento con actividades criminales, como asesinato por encargo, secuestro, tráfico de armas y narcotráfico. El 8 de julio, las autoridades hondureñas emitieron una alerta a Interpol para capturar al jefe de la familia, Ulises Sarmiento, y a su hijo Javier Fabricio Sarmiento, por cargos de posesión ilegal de armas. Ninguno ha sido capturado.
Sin embargo, cinco días antes, el 3 de julio, Ulises Sarmiento había sido detenido por las autoridades nicaragüenses, pero fue puesto en libertad al día siguiente. Ulises se encontraba en Nicaragua con miembros de su familia en busca de asilo político, alegando persecución por colaborar con el partido político de oposición en Honduras, el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), y apoyo para el expresidente Manuel Zelaya.
Análisis de InSight Crime
Los recientes sucesos relacionados con la familia Sarmiento son una muestra de la complicada relación entre la política y el crimen organizado en Honduras. Se cree que Sarmiento financia a LIBRE, que se disputa el poder con el partido gobernante, el Partido Nacional.
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De hecho, la captura de presuntos socios de Sarmiento en Guatemala —y la emisión de órdenes de captura de la Interpol en contra de Ulises y su hijo— podría indicar dos cosas: que se trata de una maniobra de los opositores políticos de Ulises Sarmiento para destruir una poderosa figura de la oposición, o bien de un intento legítimo de las autoridades hondureñas por acabar con una presunta red criminal.
Sin embargo, quizá sea una combinación de ambas cosas. La política y el crimen se han mezclado por mucho tiempo en Honduras con las élites económicas y políticas del país, las cuales se han visto con frecuencia involucradas en actividades criminales.