Las autoridades en Argentina han arrestado al cabecilla de un grupo disidente, que presuntamente es responsable de la "mexicanización" del negocio de la droga en Rosario, una nueva señal de que el hampa argentino está adoptando algunas de las características criminales observadas en lugares como México y Colombia.
El 4 de febrero, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció por Twitter la captura de Claudio "Ranita" Insaurralde, quien las autoridades afirman que es el jefe de un grupo llamado Los Cambichos.
Capturamos a un peligroso delincuente con dos causas por homicidio en #Rosario: Claudio "Ranita" Insaurralde, de la banda Los Cambichos! pic.twitter.com/05K4IjHyYw
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) February 4, 2017
Bullrich declaró a Radio Mitre que Insaurralde era "una de las personas más buscadas en Rosario", y que Los Cambichos habían "reemplazado" a Los Monos, a quienes muchos consideraban la organización criminal más poderosa de la ciudad antes de que más de una docena de sus cabecillas fueran arrestados y luego sentenciados en abril de 2015.
Según La Nación, muchos de los miembros de Los Cambichos trabajaban como soldados de Los Monos, y la policía cree que este grupo es aún más violento que su antecesor. Un vocero de la policía comentó a la agencia de noticias Télam que Los Cambichos están integrados por antiguos "sicarios" de Los Monos, que trabajaban para "mexicanear" a otros grupos criminales locales.
Análisis de InSight Crime
Es posible que Argentina se esté convirtiendo en víctima de su propio éxito en las capturas de narcotraficantes de alto perfil, de la misma manera como lo ha sido México por varios años. El gobierno mexicano se ha mostrado efectivo en la captura de grandes capos, al punto de que hay pocos que no están muertos o en la cárcel. Pero esta estrategia ha generado una clase de grupos criminales de menor tamaño y más violentos, como los Guerreros Unidos, que fueron responsables de la desaparición y posible asesinato de 43 estudiantes en septiembre de 2014.
Con base en la descripción que hace la policía de Los Cambichos, parece que algo similar ocurre en Rosario, una de las ciudades más violentas de Argentina y epicentro del narcotráfico local.
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Existen también otros indicios de que la dinámica criminal en Argentina comienza a parecerse a la de los países latinoamericanos más golpeados por el negocio de la droga. El año pasado, un exjefe de la policía de Buenos Aires comparó la situación de ese momento en Argentina con la época previa a la aparición de Pablo Escobar en Colombia. Y como muchos de sus homólogos en toda la región, el presidente Mauricio Macri ha militarizado la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.