El reciente asesinato de Hugo Pinto Aguilar, exdiputado por el gobernante Partido Nacional de Honduras, ha vuelto a poner sobre la mesa los nexos entre el Estado hondureño y el narcotráfico, además de arrojar pistas sobre la reconfiguración del poder en el hampa.
Pinto fue asesinado el pasado 16 de mayo en el pueblo fronterizo de El Paraíso, departamento de Copán, uno de los enclaves del narcotráfico en Honduras, al occidente del país.
De acuerdo con reportes de la prensa hondureña, el exdiputado estaba en su casa de El Paraíso con otra persona, identificada como Melvin Solís, cuando un grupo de hombres armados entró al lugar y los mató a ambos a tiros.
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Pinto era, según autoridades hondureñas citadas por El Heraldo, parte del llamado clan de Los Pinto, una organización de narcotráfico que surgió en Copán a finales de la década pasada a la sombra del poderoso clan de Los Valle, el cual controló el movimiento de cocaína en esta zona fronteriza con Guatemala desde principios de siglo.
En la actualidad, Los Pinto son uno de los principales grupos narcotraficantes en las rutas que unen el sur de Honduras con la frontera con Guatemala en el occidente, según un juez hondureño entrevistado por InSight Crime.
Alexander Ardón, exalcalde de El Paraíso preso en Estados Unidos, declaró en el juicio por narcotráfico a Tony Hernández —hermano del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández—, que el diputado Pinto y su familia habían sido sus socios en actividades de narcotráfico en Copán.
En 2015, las autoridades hondureñas congelaron varios bienes a Pinto y sus familiares en el marco de la Operación Errabundo II “en seguimiento al proceso investigativo [...] por bienes de origen ilícito”.
Un oficial de inteligencia militar hondureño dijo a InSight Crime que Los Pinto estuvieron encargados de la seguridad de Ardón hasta que este se entregó a autoridades estadounidenses en 2018.
El asesinato de Hugo Pinto es el más reciente en una lista ya larga de personas que han sucumbido a la violencia del narcotráfico en Copán, que incluye, además de los narcotraficantes y sus operadores, a periodistas y agentes del Estado.
Análisis de InSight Crime
La fiscalía de Honduras aún no descarta ninguna hipótesis sobre el asesinato de Pinto. El pasado del exdiputado y el lugar que su familia ha ocupado en el mapa del narcotráfico del occidente hondureño, sin embargo, hablan de nuevas reconfiguraciones entre los grupos criminales que luchan por el control de la ruta de la cocaína en Copán, una de las más importantes de Centroamérica.
Un oficial de inteligencia militar dijo a InSight Crime bajo condición de anonimato que los indicios recogidos hasta ahora apuntan a que el legislador fue asesinado por sus nexos con el mundo del narcotráfico.
Fuentes entrevistadas por InSight Crime en Honduras han dicho, además, que la violencia en Copán ha estado relacionada en años recientes con los reacomodos de poder entre grupos criminales tras las capturas de Los Valle en 2014 y de Tony Hernández en 2018, y la entrega de Ardón a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), también en 2018.
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En diciembre de 2018, sicarios asesinaron a Javier Erazo, un excolaborador de Los Valle, según investigadores hondureños, que había intentado apropiarse sin autorización de ganado y rutas del clan.
“Los reacomodos en el mundo del narcotráfico han generado violencia y masacres, sobre todo en lo rural”, dijo a InSight Crime un diplomático latinoamericano que permaneció en Tegucigalpa hasta el año pasado y siguió de cerca el crimen organizado en Honduras.
Ricardo Castro, director de la Agencia Técnica de Investigación de la fiscalía hondureña (ATIC), dijo a InSight Crime que aún hay varias hipótesis sobre el asesinato.
Aún es pronto para determinar si a Hugo Pinto, otro político del Partido Nacional manchado por su cercanía al crimen organizado, lo mataron por sus nexos con el narcotráfico en Copán. Por ahora, los indicios apuntan en ese sentido.