Los asesinatos selectivos recientes, junto con la captura del presunto líder colombiano de un grupo narcotraficante vinculado a asesinatos por venganza en Santa Cruz, Bolivia, destacan el creciente estatus de la provincia oriental como centro del crimen transnacional.
Durante las últimas dos semanas por lo menos cinco personas han sido asesinadas en Santa Cruz, en lo que parecen ser asesinatos por venganza, que el gobernador de la provincia, Rubén Costas, ha atribuido a los grupos de traficantes de drogas, informó La Razón. También dijo que Santa Cruz se estaba volviendo cada vez más violenta debido al comercio ilegal de drogas.
El 23 de julio, agentes los cuerpos policiales bolivianos capturaron a Alicia Lorena Vargas Muñoz, alias "La Mona", una ciudadana colombiana que supuestamente dirigía un grupo de traficantes de droga con vínculos internacionales, y quien ha estado implicada en asesinatos en Santa Cruz, informó El Deber. Vargas fue detenida junto con otras cuatro personas.
Según las investigaciones policiales, una de las víctimas -asesinada en abril de 2013- era un peruano que había huido a Bolivia después de no haber podido pagar una deuda de narcotráfico. Vargas supuestamente lo localizó en Santa Cruz y envió sicarios para matarlo.
Análisis de InSight Crime
Bolivia es tanto un productor de cocaína como una nación de tránsito para la cocaína peruana. La mayor parte de la cocaína que proviene de Bolivia se vende a los mercados nacionales de Brasil y Argentina, o son enviados desde esos países hacia Europa. Se estima que un 80 por ciento de la cocaína boliviana es traficada hacia Brasil, y gran parte de ella pasa a través de la provincia de Santa Cruz, que comparte una frontera con Brasil y se ha convertido en un importante centro de tráfico de drogas.
Como resultado de ello -como pone de relieve la captura de Vargas- una serie de grupos internacionales de tráfico de drogas han comenzado las operaciones o tienen emisarios en la provincia, incluyendo las pandillas de las prisiones brasileñas Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho. En 2011, un oficial de inteligencia de Colombia declaró que hasta 3.000 narcotraficantes colombianos operaban en Santa Cruz. En algunos casos, los delincuentes extranjeros que se establecen en Santa Cruz están huyendo de la persecución en sus países de origen y, al parecer, ven la provincia boliviana como un refugio relativamente seguro.
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Los asesinatos más recientes podrían ser una señal de la creciente violencia relacionada al tráfico de drogas mientras sigue creciendo la presencia de grupos criminales extranjeros. En comparación, según informes sólo tres tiroteos relacionados con las drogas tuvieron lugar en junio de 2011.