Según informes, desde el año 2012 han sido asesinados 1.500 guatemaltecos por criminales que se movilizaban en motocicletas, una cifra que pone de relieve el amplio uso en Latinoamérica de una táctica de asesinato que se popularizó en Colombia durante la era de Pablo Escobar y el Cartel de Medellín.
Según la organización no gubernamental Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), en los últimos tres años y medio han sido asesinados 1.537 guatemaltecos por criminales motorizados, informó elPeriódico. Durante ese mismo periodo, otros 699 individuos han sufrido lesiones como producto de estos ataques.
Según GAM, el número de asesinatos cometidos por criminales motorizados está en aumento en Guatemala. El número oficial de muertes registradas aumentó 50 por ciento entre 2012 y 2014, pasando de 335 a 527.
Para combatir este delito, en 2009 el entonces presidente Álvaro Colom prohibió que dos personas viajaran en motocicleta en territorio nacional. Sin embargo, el actual presidente Otto Pérez Molina levantó la prohibición en 2013.
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Un estudio reciente de la Policía Judicial de Ecuador descubrió que, en lo que va de este año, en la ciudad de Guayaquil se han cometido nueve crímenes diarios por parte de asesinos motorizados (Vea la gráfica de El Universo abajo). Los 1.876 crímenes cometidos por individuos en motocicletas representan casi el 15 por ciento del total de crímenes reportados a las autoridades durante los primeros siete meses de 2015.
Análisis de InSight Crime
El uso de motocicletas como vehículo para cometer asesinatos data de los años ochenta, cuando el colombiano Pablo Escobar dirigía al poderoso Cartel de Medellín. Bajo órdenes de Escobar, sicarios motorizados asesinaron a Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia colombiano, lo cual desató una guerra entre el cartel y el Estado por el tema de la extradición. El cartel salió victorioso de dicha guerra y el uso de sicarios le ganó reconocimiento internacional a Escobar.
Desde entonces, el uso de sicarios motorizados se ha expandido por toda Latinoamérica. La táctica se ha hecho común en países con alta presencia de pandillas como Honduras o Guatemala, pero también se ha visto en países más pacíficos como Uruguay.
A pesar de la prevalencia de los asesinos motorizados, muchos latinoamericanos se oponen a la prohibición de llevar un segundo pasajero, pues las motos son su principal medio de transporte. La decisión de Pérez Molina de levantar la prohibición muestra lo poco popular que es la medida, que en ocasiones ha resultado en la disminución de los crímenes cometidos por delincuentes en motocicletas. Durante algunos años, en Medellín se restringió el transporte de pasajeros del sexo masculino en motocicleta, pero un tribunal colombiano revocó recientemente la medida.