En la última convulsión de violencia en el estado de Michoacán, dos miembros de la policía nacional y 20 civiles fueron asesinados en emboscadas dirigidas a la policía, añadiendo un elemento aparentemente planeado y coordinado a la lucha que se ha acelerado en los últimos días.
El 23 de julio, seis ataques diferentes contra la policía dejaron 15 agentes heridos, así como dos muertos. Según El Universal, citando a la Secretaría de Gobernación de México (SEGOB), los 20 civiles muertos hacían parte de las fuerzas atacantes, pero no ha habido una confirmación independiente sobre esto.
Los ataques fueron "planeados con antelación", según la Secretaría, y se llevaron a cabo con armas pesadas por atacantes escondidos en las colinas.
La Secretaría también reportó el establecimiento de cuatro bloqueos, tres en la carretera Apatzingán-Cuatro Caminos, y uno en la carretera Lázaro Cárdenas-Uruapan; los cuales fueron desmontados después por las fuerzas de seguridad. Los informes no indican quién fue responsable de las emboscadas o los bloqueos de las carreteras.
Después de los ataques, la policía nacional y las fuerzas armadas fueron enviadas a la región para buscar a los responsables. Todo el transporte público y los negocios fueron cerrados en varias partes del estado, informó El Universal.
Análisis de InSight Crime
Los ataques del 23 de julio forman parte de una ola de violencia que ha golpeado a Michoacán en la última semana, incluyendo el tiroteo contra manifestantes respaldados por las autodefensas, que dejaron cinco muertos en el municipio de Los Reyes el día anterior, y otras dos emboscadas policiales. A diferencia de los casos anteriores, la última serie de ataques parecen estar conectados.
En medio de una situación de seguridad en constante deterioro, las continuas tensiones entre la policía y los civiles y las autodefensas podrían estar vinculadas a los ataques recientes. Durante la protesta de Los Reyes, 200 manifestantes encabezados por las autodefensas acusaron a la policía de corrupción y de tener vínculos con la organización criminal de los Caballeros Templarios. En los últimos meses, las autodefensas de Michoacán han secuestrado a policías y soldados. En un pueblo de Michoacán, las autodefensas supuestamente estuvieron a punto de ejecutar a un policía local en mayo.
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Las autoridades, por su parte, detuvieron a miembros de las autodefensas de Michoacán en marzo y los acusaron de ser miembros de, o al menos de ser respaldados por, el Cartel de Jalisco - Nueva Generación (CJNG), principal rival de los Caballeros Templarios en la región. En este contexto, no es claro cuáles son las verdaderas identidades o los motivos de los grupos de autodefensa -que dicen haberse formado para llenar un vacío de seguridad- o si están vinculados de alguna manera con la reciente violencia.