En Estados Unidos, las autoridades desmantelaron una organización transnacional narcotraficante que usaba el Servicio Postal estadounidense para comprar y traficar cargamentos de drogas hacia y desde Puerto Rico, lo que pone en evidencia cómo la vulnerabilidad de los servicios de correo pueden facilitar las actividades criminales.
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), adscrito al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) detuvieron a varios presuntos miembros de una organización transnacional narcotraficante en Puerto Rico, quienes usaban el Servicio Postal estadounidense para comprar y despachar narcóticos, según un comunicado oficial emitido el 27 de septiembre por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Las autoridades afirman que desde 2010, la red compraba y vendía cantidades al por mayor de cocaína, heroína y marihuana, y al mismo tiempo vendía cantidades de cocaína, crack y marihuana al menudeo en Río Grande, popular destino turístico en el valle de la costa norte de Puerto Rico.
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El vocero de ICE Iván Ortiz indicó que la red tenía nexos con grupos criminales en México y Colombia, aunque no especificó de cuáles se trataba, según información de El Vocero. Se dice que los cargamentos de heroína y marihuana se traficaban de México a California usando la agencia postal, mientras que la cocaína se traficaba en barco desde Colombia pasando por las Islas Vírgenes de Estados Unidos, según una nota de El Nuevo Día.
Los empleados del servicio postal presuntamente tenían conocimiento de los cargamentos ilegales que pasaban por el servicio y retenían los paquetes para que los miembros del grupo los recogieran y los pasaran a otros miembros de la red, explicó el comunicado.
Además, agentes de policía supuestamente alertaban a los integrantes de la red sobre los operativos policíacos, interferían en las investigaciones sobre la red y usaban sus cargos oficiales para suministrar información a la red sobre cómo evitar la detección policial.
Varios miembros del grupo fueron acusados también de lavado de dinero y posesión de armas de fuego, que presuntamente usaban para intimidar a organizaciones narcotraficantes rivales. De ser condenados, los sindicados pueden enfrentar penas perpetuas.
Análisis de InSight Crime
La desarticulación reciente de una organización narcotraficante transnacional que usaba el Servicio Postal estadounidense demuestra cómo las vulnerabilidades de los servicios de correo, cada vez más documentadas en todo el continente americano, pueden facilitar las actividades criminales.
El servicio postal de Estados Unidos, por ejemplo, ha estado en el centro de la crisis nacional de opioides. Los expendedores internacionales de opioides sintéticos potentes, como el fentanilo, están usando el Servicio Postal para despachar estos narcóticos a Estados Unidos. Un informe reciente del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado, centrado en estrategias para combatir la crisis de opioides, halló que el servicio no “reconoce ni está preparado para” paquetes que contengan sustancias ilegales, como el fentanilo.
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Por largo tiempo los servicios de correo han sido un método preferido por las organizaciones criminales para traficar drogas y otro tipo de contrabando aprovechando el hecho de que no corren el riesgo de que las autoridades detengan y pongan en custodia a uno de sus miembros atrapado en flagrancia al transportar las mercancías ilícitas. Los empleados de correos tampoco tienen la capacidad de inspeccionar adecuadamente cada paquete que pasa por sus manos.
El servicio estadounidense no es el único servicio postal que ha sido aprovechado por grupos criminales en Latinoamérica.
En el pasado, grupos criminales mexicanos usaron el servicio postal público del país para traficar drogas, armas y contrabando, mediante camiones con el mismo logo y otras técnicas. También se han traficado enormes cantidades de narcóticos por medio de los sistemas de correo de Perú y Ecuador.