Las autoridades hondureñas recientemente lanzaron un nuevo operativo para desmantelar las redes de extorsión, lo que sugiere que hay una creciente preocupación dentro del gobierno por el impacto devastador del crimen en la sociedad y la economía.
El 30 de abril, la Fuerza Nacional Interinstitucional, conocida como Fusina, ejecutó la “Operación Tornado”, la cual resultó en la captura de al menos 15 presuntos extorsionistas, informó El Heraldo.
Esta operación es la continuación de una serie similar de arrestos antiextorsión que se realizó en febrero, cuando la Agencia de Investigación Criminal (ATIC) del Ministerio Público incautó por primera vez bienes presuntamente obtenidos con ingresos de extorsiones.
El presidente hondureño Juan Orlando Hernández anunció que la Operación Tornado había sido exitosa y elogió a los ciudadanos que proporcionaron información útil, la cual condujo a los recientes arrestos.
“Quiero reconocer el valor de las personas que han denunciado algunos casos de extorsión y han permitido algunas capturas importantes hoy”, dijo Hernández en una aparición pública el 30 de abril. “Eso nos dice que podemos tener mejores resultados si el pueblo hondureño nos ayuda”, añadió. “Necesitamos más información […] para acabar con ese mal de la extorsión.”
El día anterior a las recientes incursiones, medios de comunicación local reportaron que miembros de la industria del transporte, que habían sido particularmente afectados por las extorsiones, amenazaron con un paro nacional para protestar por la falta de atención al problema por parte del gobierno.
Análisis InSight Crime
Si bien la Operación Tornado parece haber sido una respuesta a la amenaza de la huelga transportista, la acción sugiere que el gobierno de Honduras ha empezado a reconocer los daños sociales y económicos que causan las extorsiones.
Las poderosas pandillas, responsables en gran medida de los altos niveles de violencia en el país, obtienen grandes ingresos como producto de las extorsiones. Además, reportes recientes indican que en las redes de extorsión no solo participan las pandillas sino también incluso miembros de la policía, el ejército y otros funcionarios, así como los mismos dueños de empresas, lo cual hace que el desmantelamiento de estas redes sea más difícil.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Honduras (Conadeh) atribuye las muertes de cientos de transportistas en los últimos años a los extorsionistas. Varios trabajadores y dueños de negocios en otros sectores económicos también han sido asesinados por no poder pagar o rehusarse a pagar el llamado “impuesto de guerra”.
Además de este saldo trágico, la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) estima que las extorsiones le cuestan a Honduras US$200 millones al año. Para un país cuyo producto interno bruto es de aproximadamente US$20 billones, esa figura representa el 1 por ciento de la economía total.
Representantes del sector minorista le dijeron a La Prensa que pagan unos 600 millones de lempiras (alrededor de US$26.6 millones) al año en extorsiones, y representantes del sector de transporte dijeron que pagan unos 540 millones de lempiras (aproximadamente US$24 millones) al año.
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En una reciente entrevista con El Heraldo, Martha Salgado, directora de la Red de Microfinancieras de Honduras (Redmicroh), dijo que las extorsiones “tienen a todo Honduras de rodillas”, señalando que las empresas pequeñas son a veces más vulnerables que sus contrapartes mayores ya que generalmente no pueden pagar servicios de seguridad privada.
Miguel Mourra, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), estima que por lo menos siete de cada diez empresas pequeñas en Honduras han cerrado por culpa de las extorsiones. Otras estimaciones sugieren que las extorsiones son responsables por la pérdida de hasta 130.000 empleos en años recientes.
“No podemos desconocer que existen otros problemas que orillan a los hondureños a cerrar sus negocios”, le dijo Mourra a El Heraldo. “Sin embargo, el tema de la extorsión y la inseguridad se ha vuelto la principal causa”.
Es así como el gobierno de Honduras parece estar intensificando sus esfuerzos para combatir este crimen. Según estadísticas de la FNA reportadas por RadioHRN, en los primeros cuatro meses de este año ha habido un incremento del 15 por ciento en los arrestos vinculados con extorsiones en comparación con el mismo periodo durante 2015.