Las autoridades de México han identificado siete pandillas que plantean serias amenazas de seguridad en la capital del país, aunque no es claro cuál es su estatus o su posible impacto en la situación de seguridad general.
El gobierno mexicano ha señalado a siete pandillas que operan en Ciudad de México, las que según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, están en alto riesgo de convertirse en carteles, según un reportaje de Milenio.
Son grupos de jóvenes entre 16 y 23 años de edad sin una estructura definida, que parecen haber llamado la atención de las autoridades debido a los altos índices de violencia que generan en la capital.
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Efectivamente, se dice que han sido responsables del 60 por ciento de la violencia ocurrida en los últimos seis meses en Ciudad de México. Estos grupos se dedican al narcomenudeo o microtráfico, a la extorsión y al robo en el transporte público, en especial en cuatro zonas de la ciudad: Magdalena Contreras, Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo y Tlalpán, puntualizó Milenio.
(Mapa cortesía de Milenio)
“Si no se toman acciones, estos grupos se convertirán en carteles en unos años. Así de sencillo”, pronosticó el secretario de seguridad ciudadana de Ciudad de México Jesús Orta Martínez.
Las autoridades señalan que estos grupos se han fortalecido por la falta de planes de seguridad claros en las zonas donde operan. Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que tienen una “estrategia bien definida” para “enfrentar y neutralizar” a esos grupos en la capital mediante estrategias preventivas centradas en el desarrollo social, el mejoramiento de los servicios urbanos, de educación y salud.
Análisis de InSight Crime
Por tradición, las autoridades han negado la presencia de crimen organizado en Ciudad de México, y hasta ahora no es claro por qué de pronto se señala a estos grupos y se dictamina que están en vías de convertirse en carteles. Estas son pandillas poco sofisticadas conformadas por miembros muy jóvenes dedicados a delitos menores, cuyo futuro sigue siendo incierto.
Una posibilidad es que estos grupos delictivos se fusionen para sobrevivir a posibles amenazas de las organizaciones criminales más poderosas que operan en Ciudad de México, así como a la presión de ser perseguidos por los organismos de seguridad.
Estas pandillas parecen tener bastante en común. Sus integrantes vienen de los barrios más pobres con historial violento, y los grupos ejercen los mismos tipos de actividades delictivas de bajo perfil. Para ellos sería lógico unir fuerzas.
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Ese fue el caso en el estado de Guanajuato, centro del país. Formado en 2017, luego de que el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se expandiera a la zona para aprovechar el robo de combustible, o huachicoleo, el cartel de Santa Rosa de Lima se unió con otros grupos para defenderse y ahora surgió como un actor criminal importante en la zona.
La otra opción es que estas pandillas se alineen con más organizaciones criminales consolidadas que operan en la capital, como el cartel de Tláhuac o Unión de Tepito. Esto les permitiría participar en actividades criminales más sofisticadas y podría a su vez reforzar el estatus y el poder de los grupos existentes, lo que a fin de cuentas supondría una amenaza mayor para la situación de seguridad de la ciudad.
Sin embargo, no parece muy probable que esas organizaciones estén buscando engrosar sus filas con miembros más jóvenes y violentos, lo que sin duda prendería las alarmas de las autoridades.