Las autoridades en Brasil desmantelaron una organización criminal especializada en la clonación de tarjetas débito que robaba auxilios de emergencia y otros fondos de ayuda, una muestra de cómo los grupos criminales sacan provecho de la pandemia de COVID-19 explotando la crisis social y económica del país.
La mañana del 6 de enero, la policía de Rio de Janeiro detuvo a tres presuntos miembros de la red criminal de cajeros automáticos que operaba desde noviembre en varios municipios de la ciudad, como lo informó G1 del Grupo Globo.
La banda instalaba cámaras ocultas y dispositivos de clonación de tarjetas en cajeros automáticos para grabar los números PIN de los usuarios. Con los detalles de las tarjetas de las víctimas, lograban robar dinero de los programas de ayuda por el COVID-19, incluido el programa de transferencia de dinero Bolsa Família, pues los programas de gobierno no requieren autenticación biométrica.
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Esas redes criminales se han vuelto comunes en Brasil. En junio, un modus operandi similar se desarrolló en São Paulo, donde un grupo criminal clonaba tarjetas débito en expendios de billetes de lotería en el estado de Ceará, al norte del país, y luego hacía retiros en efectivo en São Paulo. Y en agosto, las autoridades desmantelaron otra red criminal dedicada al robo de subsidios de emergencia por la COVID -19.
Durante la pandemia de coronavirus, se han pagado más de 54.500 millones de reales (unos US$10 mil millones) a los beneficiarios del programa de ayuda por la emergencia en el estado de São Paulo, según información de Folha de São Paulo.
Pero los robos a cajeros automáticos no son el único delito que afecta a los bancos en Brasil. En los últimos meses, ha habido en el país una serie de audaces asaltos a bancos, el más sonado ocurrió a finales de noviembre 2020 en la ciudad de Criciúma, al sur de Brasil. Un grupo de unos 40 hombres fuertemente armados irrumpieron en varios bancos de la ciudad y robaron más de 800.000 reales (US$150.000). Al día siguiente, hombres armados sitiaron otra ciudad al norte de Brasil.
Estos ataques ocurrieron justo una semana después de un asalto similar a un banco en Araraquara, estado de São Paulo, donde los delincuentes robaron 5 millones de reales (US$1 millón). Y antes el mismo año, hubo ataques parecidos en ciudades como Botucatu, Ourinhos y São Domingo do Capim.
Análisis de InSight Crime
Los robos a bancos en Brasil han aumentado exponencialmente como resultado de la pandemia de COVID-19, que ha llevado a los grupos delincuenciales a buscar nuevas oportunidades, pues muchas economías criminales se han visto bastante afectadas.
Esta oportunidad la vieron en las bóvedas de los bancos llenas con dineros de ayuda por la emergencia en todo Brasil. La directora de la organización no gubernamental brasileña Sou da Paz, Carolina Ricardo, declaró al portal de noticias UOL que la reciente avalancha de robos a bancos eran operaciones muy bien planeadas en su mayoría, donde los asaltantes se aseguraron de extraer la mayor cantidad de dinero posible. Según UOL, en los últimos cinco años se han robado más de 500 millones de reales (US$94 millones) de bancos de todo el territorio brasileño.
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En comparación con el año anterior, los robos a bancos en São Paulo aumentaron 44 por ciento en 2020, según datos de la Secretaría de Seguridad Pública de Brasil (Secretaria da Segurança Pública, SSP). En 2019, hubo 16 robos, mientras que en 2020 se registraron 23, casi 2 por mes.
Algunos expertos han dicho que la creciente ola de asaltos hace parte de un fenómeno conocido como “New Cangaço”, que recuerda el bandolerismo que azotó al país en los años veinte. Los delitos se caracterizan por su violencia y coordinación. Las autoridades creen que la organización criminal más poderosa de Brasil, el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), puede ser el responsable de muchos de esos ataques.