El grupo de una prisión de Brasil, el PCC, ha amenazado con cometer una serie de ataques durante la Copa Mundial de 2014 en Brasil, destacando tanto los complejos desafíos de seguridad que enfrentará el Estado durante el evento, como el poder del grupo para explotar estas debilidades.
Las autoridades de Brasil interceptaron llamadas telefónicas en las que miembros del Primer Comando Capital (PCC) prometían una "Copa Mundial de terror" y hablaban de iniciar una huelga de prisión si sus líderes eran trasladados a confinamiento en solitario en las cárceles de alta seguridad. Advirtieron que habría ataques de represalia en las calles si las autoridades trataban de detener la huelga, y también amenazaron con realizar ataques durante las elecciones de 2014, informó Estadao.
Las amenazas del grupo responden a los llamados por el arresto de 175 presuntos miembros del PCC y la reclusión especial de 32 miembros, entre ellos los líderes del grupo, tras una investigación importante sobre las actividades criminales del grupo y sus vínculos con funcionarios corruptos.
El Comandante de la Policía Militar, Coronel Benedito Roberto Meira, emitió una alerta sobre los posibles ataques, advirtiendo a sus tropas de ser especialmente cuidadosas al parquear sus autos o al ir su casa.
Análisis InSight Crime
Las amenazas del PCC sirven como un recordatorio de que, pese al fuerte enfoque en la mejora de la seguridad en el período previo a la Copa Mundial, la situación de Brasil sigue siendo precaria -sólo tomaría unos ataques bien dirigidos para sembrar caos en el evento-. El grupo, con 6.000 miembros encarcelados, tan sólo en el estado de São Paulo, y miles más, tanto en prisión como en terreno en todo el país, tendrían el poder o la coordinación para cumplir sus promesas.
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Además de la frágil situación de seguridad, está el hecho de que el PCC no es el único grupo por el que las autoridades tienen que preocuparse. Hasta el momento, han centrado los esfuerzos de seguridad previos al campeonato en las ciudades que serán sede de los eventos de la Copa Mundial, y en particular sobre el PCC y el grupo criminal más grande de Río de Janeiro, el Comando Vermelho, pero no han abordado la amenaza que representan los grupos criminales más pequeños en otros estados.
La estrategia de centrarse exclusivamente en las grandes ciudades también podría resultar problemático en lo que respecta a evitar posibles ataques del PCC, que ahora cuenta con una presencia significativa en estados como Paraná, Mato Grosso do Sul, Bahía y Minas Gerais; así como miembros que operan internacionalmente.
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