Bolivia y Perú han firmado un acuerdo para combatir con el tráfico de drogas a lo largo de su frontera compartida de manera conjunta. Sin embargo, es poco probable que la estrategia que proponen sea suficiente para parar el aparentemente pesado flujo de cocaína a través de las fronteras.
Como parte de la estrategia, las unidades navales de Perú y Bolivia usarán satélites para monitorear el tráfico aéreo de drogas sobre el lago Titicaca, el cual se encuentra ubicado entre los dos países, informó El Diario. La marina de los dos países también coordinará las operaciones antidrogas en el lago para poner freno al tráfico marítimo de drogas, según La Razón.
El anuncio llega un poco más de una semana después de que el viceministro de Defensa, Felipe Cáceres, afirmara que monitorear el tráfico de drogas en el lago “es humanamente imposible”. El viceministro también indicó que el tráfico del lado peruano hacia el boliviano del lago se ha incrementado en meses recientes.
Como parte del acuerdo, los dos países también han acordado empezar una labor conjunta para la erradicación de cultivos ilícitos en 2015 en zonas fronterizas y también en la región peruana –infame por sus cultivos de coca- del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Análisis de InSight Crime
Aunque el acuerdo es una indicación de que Bolivia y Perú están haciendo un esfuerzo por controlar el tráfico de drogas a lo largo de su frontera compartida, es dudoso que la nueva estrategia tenga mucho impacto en cerrar definitivamente la ruta aérea de la cocaína que conecta a Perú con Brasil, a través de Bolivia. La ruta aérea es de gran importancia pues conecta al mayor productor de cocaína el mundo, Perú, con el segundo mayor mercado de consumo, Brasil. En junio, un experto en seguridad de Perú dijo a InSight Crime que se estima que un 90 por ciento de las 200 toneladas de cocaína anualmente traficadas fuera del VRAEM se mueve por aire, del cual tan sólo el dos por ciento es incautado por las autoridades.
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Ni Perú ni Bolivia cuentan con radares para monitorear el tráfico aéreo de drogas, cosa que ha dificultado significativamente los esfuerzos de interdicción en la región fronteriza. Aunque instalar satélites es una mejora frente al monitoreo aéreo nulo, los satélites no son tan efectivos como los radares, y aún no es claro qué tan útiles puedan ser para detectar narco aviones.
Perú, anteriormente había avanzado algunos pasos en el combate contra el tráfico aéreo de drogas al destruir varias narco pistas de aterrizaje. Sin embargo, los traficantes de drogas pueden reconstruirlas de manera rápida y poco costosa con la ayuda de los locales.