Brasil ha desmantelado 65 organizaciones criminales que operan en sus fronteras desde el inicio de una importante iniciativa de seguridad en 2011, según la presidenta, pese a que este éxito se ve atenuado por las operaciones cada vez más transnacionales de sus principales grupos criminales nacionales.
En agosto de 2011, Brasil implementó el "Plan Estratégico de Fronteras", de aproximadamente US$6.300 millones, destinado a luchar contra el narcotráfico y el contrabando a lo largo de sus 16.000 kilómetros de frontera. El plan involucra la cooperación en temas de seguridad con Colombia, Bolivia y Perú.
Las fuerzas armadas y la policía han incautado 360 toneladas de drogas y 8.000 vehículos y embarcaciones, y han localizado 148 pistas de aterrizaje clandestinas en lo que va de la iniciativa, dijo la Presidenta Dilma Rousseff.
La presidenta también anunció que una amplia operación militar fronteriza se lanzará en mayo, con el objetivo de aumentar la seguridad antes la Copa FIFA Confederaciones de 2013 de fútbol, que será llevada a cabo en junio.
Análisis de InSight Crime
El gobierno brasileño ha elogiado con frecuencia el Plan Estratégico de Fronteras como un éxito.
No obstante, Brasil todavía tiene razones para preocuparse. Las autoridades paraguayas informaron recientemente que el grupo brasileño, el Comando Vermelho, transporta una tonelada de cocaína colombiana mensual hacia Brasil a través de Paraguay, demostrando que el país está todavía lejos de resolver sus problemas de seguridad fronteriza.
Otro motivo de preocupación es la continua expansión hacia el occidente del Primer Comando Capital (PCC), el cual se cree, tiene una presencia establecida en Bolivia, especialmente en Santa Cruz, epicentro del narcotráfico.