México confirmó el inició del proceso de extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán a Estados Unidos, pero podría pasar un año o más antes de que el recapturado capo de la droga sea entregado al sistema penal de Estados Unidos.
La Procuraduría General de la República (PGR) de México anunció el 10 de enero que dio inicio al proceso formal de extradición. En una declaración divulgada en su página de Internet, la PGR dijo que dos agentes de Interpol habían entregado dos órdenes de arresto a Guzmán en prisión. Pero los funcionarios mexicanos dijeron que la habilidad de Guzmán para poner trabas a su extradición implicaría que el proceso completo podría demorar un año, según informes de la BBC.
La PGR también publicó una infografía detallando el proceso (ver abajo), que se inició con dos requerimientos oficiales de Estados Unidos, del 16 de junio y del 31 de agosto, el primero de ellos llegó poco antes de que Guzmán se fugara de la cárcel de máxima seguridad El Altiplano en julio de 2015. El proceso está ahora en la fase 7, según la infografía, donde se le han concedido a Guzmán tres días (comenzando el 10 de enero) para “formular excepciones” a las solicitudes de extradición y 20 días más para sustentarlas.
Análisis de InSight Crime
Se espera que Guzmán alargue esto tanto como le sea posible. Su abogado, Juan Pablo Badillo, especializado en apelaciones contra extradiciones, ya ha interpuesto seis requerimientos (o “amparos”, como se los conoce en México) diferentes, apelando dichas solicitudes. Lo más probable es que esas apelaciones sean desestimadas, pero cada una demanda que un juez programe una audiencia en la corte, y pueden usarse como táctica para dilatar el proceso. Badillo ya ha afirmado que México “debe respetar la soberanía nacional, la soberanía de sus instituciones para impartir justicia”, según se lee en The Washington Post.
Pero como señala El Daily Post, México parece determinado a seguir adelante y cooperar plenamente. El gobierno está demostrando mayor resolución que la última vez que se capturó a Guzmán, en 2014. En esa época, el entonces Procurador General de la República Jesús Murillo Karam de Guzmán “se tiene que quedar aquí a cumplir su condena, y luego lo extradito… Unos 300 o 400 años después... falta mucho”.
La vergonzosa fuga de Guzmán sin duda ha cambiado su perspectiva.
Si acaso Guzmán es finalmente entregado a las autoridades de Estados Unidos, enfrentará acusaciones al menos en siete diferentes juzgados federales de Estados Unidos por una plétora de cargos, entre los que se cuentan narcotráfico y homicidio. De ser condenado, la sentencia máxima que se espera que reciba será la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, expone The Atlantic. México no extraditará a ninguna persona a Estados Unidos sin la promesa de que no se le aplicará la pena capital