Una reciente entrevista con William Brownfield deja ver la posición de Estados Unidos sobre el actual estado de tráfico de drogas en Colombia, y el potencial futuro de su panorama criminal en medio del cambio político.
En conversación con el periódico colombiano El Tiempo, el subsecretario de Estado para Asuntos Antinarcóticos, William Brownfield, reveló que pese al descenso de 50 por ciento en el consumo de cocaína en los últimos ocho años, el país experimenta una nueva alza. Brownfield hizo énfasis en el hecho de que esta tendencia —que posiblemente comenzó hace dos años— ocurre en "sincronización" con el incremento en el cultivo y la producción del alcaloide. El funcionario estadounidense añadió que el país suramericano deberá ver un alza adicional en el cultivo en 2015.
El delegado recalcó que Colombia pasa por un periodo de cambios complicados, en referencia al proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la decisión del gobierno colombiano de interrumpir la aspersión de cultivos de coca con glifosato. Señaló Brownfield que ambos factores requieren repensar las políticas antidrogas tanto en Colombia como en Estados Unidos. Sugirió que la pérdida de aspersiones podría resolverse con la erradicación manual, estrategias científicas y políticas más sofisticadas y más colaboración en la región.
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Brownfield añadió de paso que la gran mayoría de narcóticos colombianos pasan por la vecina Venezuela, y planteó que los narcotraficantes consideran que esta ruta es la más barata y eficiente.
Análisis de InSight Crime
La declaración de Brownfield sobre el aumento del consumo de cocaína en Estados Unidos es una novedad que podría arrojar una luz sobre el alza de 44 por ciento en los cultivos de coca en Colombia durante 2014. InSight Crime coincide con las predicciones de Brownfield en el sentido de que 2015 arrojará un mayor incremento (hasta 50 por ciento) en la producción de cocaína. Aunque ha habido varias hipótesis en torno a este sustancial incremento, un aumento en la demanda del Norte podría sin duda tener que ver con la mayor oferta del lado de Colombia. Sin embargo, es importante tener presente que el inminente acuerdo de paz en realidad podría ser la causa de la intensidad del incremento, ya que las FARC pueden usar la mayor producción como palanca política y red de seguridad financiera.
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El funcionario estadounidense puede tener razón en la necesidad de buscar una alternativa a la fumigación aérea si el gobierno quiere mantener bajo control la producción de coca. Sin embargo, es poco probable que la erradicación manual por sí sola produzca una merma importante en la producción, y se dificulta aún más con las minas antipersonal de las FARC y las protestas de las comunidades.
El comentario al margen hecho por Brownfield sobre Venezuela complementa los estimados de la salida clandestina de Colombia de unas 200 toneladas de cocaína al año. Pero aunque no cabe duda de que las FARC y los grupos neoparamilitares colombianos están implicados, parte del narcotráfico de la región lo maneja el "Cartel de los Soles" de Venezuela, que se cree que es controlado por militares de alto rango.