Las autoridades hondureñas anunciaron que 71 cuentas bancarias confiscadas a los Cachiros estaban vacías; una señal de cómo la corrupción institucional podría perjudicar las medidas en contra de la organización narcotraficante con buenas conexiones.
El Director de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI), Humberto Palacios Moya, confirmó que las cuentas habían sido vaciadas y que bienes muebles, tales como automóviles y maquinaria, habían sido retirados de las propiedades antes de que fueran confiscados. Palacios dijo que el evidente aviso previo que el grupo tuvo de la operación en contra de ellos sugiere que hubo una filtración dentro de la policía, informó La Prensa.
El mes pasado, las autoridades hondureñas, con una fuerte ayuda (e insistencia) de las autoridades estadounidenses, confiscaron un estimado de US$800 millones en bienes y activos de los Cachiros como parte de la "Operación Neptuno". El jefe de policía Juan Carlos "El Tigre" Bonilla declaró que las autoridades buscan "quitarle el agua de los peces y luego ir contra ellos". Y las autoridades estadounidenses hicieron declaraciones audaces de que esto era sólo el comienzo.
No obstante, todavía no se ha dado ningún arresto y, según El Heraldo, un hombre que alquilaba una de las propiedades confiscadas fue advertido un mes antes de que las autoridades iban a reclamar la propiedad.
Análisis de InSight Crime
La capacidad de los Cachiros para infiltrarse en la operación contra ellos no es una sorpresa. El grupo es uno de los más poderosos de Honduras y la policía hondureña sufre de corrupción endémica. El mismo Bonilla ha estado vinculado a la corrupción y a escuadrones de la muerte.
Sin embargo, la policía es también un chivo expiatorio fácil. Se sabe que los Cachiros tienen conexiones en las altas esferas de la sociedad y la política hondureña, por lo que son actores poderosos con un gran interés en la continuidad de su inmunidad, entre ellos los dueños de los bancos, que representan a algunos de los ricos de la élite hondureña.
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Esto está respaldado por el hecho de que la filtración se hizo al parecer al menos un mes antes de la histórica operación. La filtración es aún más preocupante dado el pequeño círculo con el que el Tesoro de Estados Unidos, que ayudó a supervisar la investigación, está trabajando. La evidencia sugiere que se trataba de alguien involucrado en, o conectado a, los responsables de la planificación de la operación.