Los candidatos a la presidencia para las próximas elecciones de Honduras han presentado sus políticas de seguridad para el país devastado por la violencia, aunque queda por ver si algún candidato va a ser capaz de abordar eficazmente los críticos y profundamente arraigados problemas del país.
A menos de un mes para que los hondureños acudan a las urnas el 24 de noviembre, para elegir al sucesor del actual presidente Porfirio Lobo, los candidatos y sus representantes presentaron sus planes de seguridad en el foro "Construyendo un Consenso Político para la Seguridad y Justicia en Honduras", informó El Heraldo.
Según La Tribuna, los temas recurrentes entre los ocho candidatos fueron la promoción de la inclusión social y la policía comunitaria, mientras que el candidato del conservador Partido Nacional, Juan Orlando Hernández –uno de los tres principales candidatos que no estuvo presente– enfatizó el uso de la Policía Militar de Orden Pública (PMOP), recientemente desplegada, la cual fue propuesta por él mismo siendo miembro del Congreso.
El foro se llevo a cabo días después de que reportes de la prensa hondureña destacaran la persecución y el homicidio de políticos locales y candidatos para las próximas elecciones municipales.
Análisis de InSight Crime
Si bien la violencia en Honduras ha aumentado notablemente desde 2005, fue el golpe de Estado de 2009 para derrocar al entonces presidente Manuel Zelaya lo que precipitó la crisis actual de seguridad. Las organizaciones narcotraficantes extranjeras se apresuraron a aprovechar el caos y la inestabilidad política en ese momento, y Honduras comenzó un declive que algunos han caracterizado como un paso para convertirse en un "narco-Estado".
Encuestas recientes muestran a Hernández liderando la carrera presidencial con apenas un 28 por ciento de favorabilidad, en comparación con el 27 por ciento para la exesposa de Zelaya, Xiomara Castro de Zelaya, y un 17 por ciento para el candidato del Partido Liberal, Mauricio Villeda. Con Zelaya cerca de la victoria, se plantea la posibilidad de un cambio importante en la situación política actual del país a medida que ella se posiciona como la candidata del Partido Libre, recientemente creado, para así posiblemente romper el dominio de más de medio siglo de los dos partidos tradicionales: el Liberal y el Nacional.
No obstante, aunque el dominio de la élite política tradicional de Honduras se afloje, es poco probable que estas elecciones reviertan la ola de inseguridad del país. Gane quien gane, no sólo se enfrentará a carteles extranjeros poderosos y ricos, sino también a la creciente influencia de los grupos locales y la corrupción profundamente arraigada que impregna las instituciones estatales, las élites políticas, empresariales y sociales, la policía y el ejército.