Los informes de que un capo encarcelado de Río de Janeiro mantiene operaciones de narcotráfico con la ayuda de policías corruptos en el barrio marginal pacificado más grande de la ciudad, ofrecen aún más pruebas de que se están cultivando problemas en el emblemático programa de "pacificación" de las favelas.
Según el diario O Globo, Antonio Francisco Bonfim Lopes, alias "Nem", utilizaba a su esposa Danubia de Souza Rangel, como una intermediaria para transmitir órdenes al grupo de narcotraficantes que dirige, conocido como Amigos dos Amigos, en la favela Rocinha al sur de la ciudad. La esposa de Nem fue detenida el 31 de marzo cerca de la prisión federal en la que Nem se encuentra recluido, en Campo Grande, Mato Grosso do Sul, como parte de una operación en la que también se detuvo a cinco agentes de la policía comunitaria de la Rocinha.
Todos los agentes arrestados trabajaban en la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) de Rocinha, y son acusados ??de aceptar sobornos del grupo de narcotraficantes de Nem a cambio de proporcionar información sobre las operaciones de la policía y de ignorar la venta de drogas en la favela.
Análisis de InSight Crime
El arresto y la posterior condena de Nem, de quien se dice que ha ganado decenas de millones de dólares con sus operaciones de narcotráfico en Rocinha, fue anunciado como uno de los mayores éxitos del programa de pacificación de Río. Sin embargo, la noticia de que Nem continua operando su grupo criminal desde la prisión federal es otra mala señal para el tan elogiado programa de la ciudad.
Esta noticia, junto con los indicios de que otros grupos de narcotraficantes, como el Comando Vermelho, se están reafirmando en las favelas "pacificadas" de Río de Janeiro, demuestra cómo los grupos criminales están encontrando formas de continuar con sus actividades, haciendo frente a una mayor presencia policial. Fuerzas militares fueron enviadas al Complexo da Maré, un gigantesco complejo de tugurios en el norte de Río, tras los recientes brotes de violencia contra las UPPS en otras favelas de la ciudad.
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La detención de los cinco agentes de la policía comunitaria de la UPP de Rocinha también es preocupante, pues estas unidades son la pieza central del programa de pacificación. Los puestos de UPP están ubicados en el corazón de las favelas, lo que teóricamente permite a las unidades responder con rapidez y fuerza a la actividad de las pandillas. Las unidades también fueron creadas con la intención de trabajar con la comunidad, dando a los residentes una vía inmediata para informar acerca de actividad criminal.
Si los residentes deciden que estas unidades no son fiables, serán mucho menos propensos a reportar crímenes, incluso podrían recurrir a las propias bandas para restablecer el orden.