Los Zetas y el Cartel del Golfo están imponiendo un peaje a los viajes entre dos estados en el oriente de México, en un caso que resalta el alcance de la incursión del crimen organizado en la vida cotidiana donde el Estado no tiene presencia.
Los grupos criminales rivales están cobrando alrededor de US$39 semanales o US$232 mensuales, para cruzar el Puente Moralillo, que conecta las ciudades de Tampico, en el estado de Tamaulipas y Pánuco, en Veracruz. Los cobros se basan en el tipo de vehículo y pueden llegar a cobrarse hasta US$389; los que se niegan a pagar son secuestrados o su vehículo es robado, informó Milenio.
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Según Milenio, el lado de Tamaulipas del puente es controlado por el Cartel del Golfo, mientras los Zetas cobran las cuotas a las personas que salen de Veracruz. El periódico informó que no hay presencia policial visible en las comunidades a ambos lados del puente, y los residentes han sido tan exprimidos por las extorsiones de los carteles que muchas empresas están cerradas y las propiedades abandonadas.
Análisis de InSight Crime
La naturaleza flagrante y bien organizada de esta extorsión –ofreciéndole a los conductores planes de pago semanales y mensuales, y descuentos a los viajeros frecuentes– es una señal de la filtración del crimen organizado en la vida diaria de las comunidades mexicanas y el continuo abandono de ciertas regiones por parte de los servicios de seguridad del país.
La capacidad de estos carteles para mantener este esquema, cuando podría decirse que sólo se necesita una pequeña presencia policial en cada extremo del puente, es un síntoma de la falta de protección proporcionada por el Estado, que muchos de los grupos de autodefensa del país citan como razón para tomar las armas. Aunque el suroccidente es el fortín de estos grupos, presuntamente han estado surgiendo en otros lugares, como Tamaulipas y Veracruz.
Mientras tanto, el hecho de que los carteles estén imponiendo peajes sólo subraya el alcance de su diversificación criminal, y la voluntad de aprovechar cualquier oportunidad para hacer dinero. En los últimos años, los carteles se han movido cada vez más en ámbitos tan diversos como el robo de cargamentos, el tráfico de ganado y la minería, así como han expandido sus actividades hacia los sectores criminales más tradicionales como el secuestro y la extorsión.