Las autoridades de Colombia han descubierto la amenaza que se cierne sobre un importante recurso hídrico por causa de la minería ilegal en la zona rural de Cúcuta, lo que revela que la región enfrenta mucho más que la crisis fronteriza con Venezuela de la que tanto hablan los medios.
En una visita a Palmarito, norte de Cúcuta, un grupo de ambientalistas descubrieron aproximadamente 20 campamentos mineros que operan ilegalmente en la zona rural de Cerro Mono, que se extiende por lo menos unas 515 hectáreas.
Cerro Mono es una región montañosa donde nacen más de diez manantiales que garantizan la longevidad de Caño Barrancas, un afluente que provee agua a más de 3.000 familias de la región. Según César Augusto Ortega, coordinador de minería e hidrocarburos de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), la minería ilegal está destruyendo estas fuentes de agua por la excavación de túneles para extraer los depósitos más ricos en carbón de la región.
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En un intento por contener el daño ambiental, múltiples organizaciones, incluidos funcionarios de la ciudad de Cúcuta, han implementado medidas iniciales para afrontar la situación que se vive en la región. Esas medidas consistirán de un análisis más detallado del área afectada, que se convertirá en un informe con el que las autoridades locales penalizarán y sancionarán a los responsables de la devastación causada.
Análisis de InSight Crime
Cúcuta es conocida por su proximidad geográfica con Venezuela, una región fronteriza famosa como punto álgido de economías ilícitas, como la trata de personas, el narcotráfico y el contrabando. Pero esta nueva noticia sobre el desarrollo de minería ilegal en Cerro Mono arroja una luz sobre la actividad criminal que se ha extendido a la sombra de la crisis fronteriza con Venezuela.
La minería ilegal de oro y otros recursos ha sido bien documentada en otros lugares de Colombia, como Antioquia, Choco, y la zona del Catatumbo, en la parte norte del departamento de Norte de Santander. Sin embargo, no se había prestado mucha atención a Cerro Mono, en parte por la gran atención que se prestaba a las demás actividades ilícitas que prevalecen en Cúcuta. La repentina atención a la crisis ecológica en la región fue causada por una manifestación de más de 300 campesinos en el concejo municipal de Cúcuta el 5 de marzo. Algo muy raro, pues suele suceder que grupos locales por lo general se beneficien de las prácticas ilegales que afectan la sostenibilidad.
Según el gobierno colombiano, la minería ilegal es causante de casi el 8 por ciento de la deforestación en el país. Se creía que la extracción ilícita de carbón se concentraba en la zona del Catatumbo, pero es claro que dicha práctica se está acercando más a la mayor ciudad del departamento, y recién se está viendo el impacto.
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InSight Crime divulgó recientemente un informe sobre la minería ilegal en Colombia y sobre el uso de maquinaria pesada que termina ocasionando daños ambientales irreparables. Con una escasez en el suministro de agua de por lo menos 50 por ciento en la región, es claro ver por qué los habitantes se oponen firmemente a la minería ilegal y sus catastróficos efectos.